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Mayorías Ficticias, Fraude al Voto Ciudano : GPPRI Diputados

Por Daniel Gómez Trejo

Argonmexico / Construir mayorías ficticias es un fraude para los votantes, todos los partidos democráticos deberían estar de acuerdo en eso.

Nunca antes se había visto un riesgo tan alto de atentar contra la pluralidad política y el avasallamiento a las minorías como en esta Legislatura.

Las y los Diputados del PRI consideramos que las medidas tomadas por  el Instituto Nacional Electoral (INE) para hacer cumplir la Constitución, con el cual ninguna fuerza política debe rebasar en más del 8% el número de legisladores que efectivamente ganó en las urnas, es parte de sus obligaciones. Construir mayorías ficticias es un fraude para los votantes, ningún partido con vocación democrática debería molestarse porque le impidan violar la Constitución.

El espíritu de la reforma político-electoral de 1996, que dio origen al artículo 54 fracción V de la Constitución vigente, fue que el Congreso de la Unión reflejara la pluralidad del país y que ninguna fuerza política obtuviera más curules de los que efectivamente les corresponden. Desde entonces lo que se intenta es evitar la tentación autoritaria del partido gobernante de concentrar el poder.

Este fenómeno de creación de mayorías no es nuevo, ocurrió desde 2012; pero nunca antes se había visto tan en riesgo la pluralidad política, el avasallamiento a las minorías y la imposición de la visión de una sola persona como en esta Legislatura.

En el PRI estamos convencidos que una misma fuerza política puede ganar la Presidencia de la República y tener mayoría en el Poder Legislativo con el respaldo del voto popular; pero se viola la Constitución y las leyes cuando se abusa de los convenios de coalición con otros partidos, se miente sobre la militancia de sus candidatos y se multiplica el número de sus legisladores hasta rebasar por mucho los límites constitucionales para aprobar reformas sin necesidad de llegar a acuerdos con la oposición. Ésa es una acción tramposa y que defrauda a los votantes, especialmente a los que eligieron otras opciones políticas.

A unos meses de las elecciones, resulta muy preocupante que el trabajo en la Cámara de Diputados se empiece a contaminar por los ánimos electorales. El árbitro electoral no merece más ataques y descalificaciones por cumplir su función de garantizar el respeto a nuestras reglas democráticas.  Hacemos votos porque se evite trasladar la competencia electoral al trabajo legislativo.