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Ella, Sublime Siempre

Por Javier Arizmendi

Argonmexico/ Ni en su momento sublime, se quejó…

Como fue siempre,

Como no fue nunca…

De una vida intensa, su partida fue muy suave…

Hasta tierna… y no por eso menos dolorosa…

Sabía que había llegado su momento…

Fue con una paz absoluta, total…

Casi como la de un ser iluminado,

La de un ser bendecido.

La fuerza del cuerpo había mermado…

Pero su fortaleza interna, era enorme… gigante.

Fortaleza que me invitó a copiarla… a imitarla…

A alabarla…

A admirarla…

A quererla…

A amarla…

Pero me llevó a aún más, a extrañarla…