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Morena, la Triste Desesperanza de México

Por Nancy Grajeda

Argonmexico / Los pésimos resultados de la autoproclamada  “Cuarta Transformación” (4T) saltaron  a la vista después del primer año de gobierno, hoy, a dos años estos se han agudizado. Estamos a años luz de que  se reduzca la pobreza y que la corrupción se elimine, como se comprometió en campaña López Obrador, bandera de la que ha echado mano  para ganar conciencias. Estos problemas siguen creciendo.

La ruptura dentro del partido que se ha encumbrado en el poder es más que clara, hay una lucha intestina por estar arriba,  por dirigir,  y como dice el viejo dicho “cuando se pelean las comadres las verdades salen”. Estamos viendo ahorita en morena algo que necesariamente tenía que pasar. 

Morena no está regido por principios,  ni tiene una teoría política clara, sino que está constituido de pedacería, de una masa que se aglutinó  dentro de esta estructura  deforme.  Morena está constituido de intereses  personales, de políticos  oportunistas que se subieron al carro del partido para seguir viviendo de la política. ¿Y qué pasa cuando sumas elementos distintos, de distinta ideología dentro de un mismo partido?  Hay un resquebrajamiento interno; eso es lo que vemos hoy en morena.

López Obrador ha sumado a su gobierno a aquellos que se burlan abierta y descaradamente de la pobreza  que padecen cien millones de mexicanos,  a pesar de que su riqueza precisamente la han obtenido sin recato de la explotación de estos mismos pobres a los que tanto desprecian.

La gente que se sumó por la forma a este partido se está dando cuenta que la forma  tenía un contenido opuesto al que aparentaba,  y al final de cuentas  lo que refleja este resquebrajamiento es que  no se puede  sostener con vida algo que había nacido muerto desde el principio.

Recientemente pudimos observar el triunfo del Partido Revolucionario Institucional (PRI)  en las elecciones  de Hidalgo y Coahuila. En Coahuila se renovó  el congreso local y en Hidalgo los ayuntamientos. Ambos estados  han sido bastiones del PRI, pero casi casi  los predicadores de oficio ya le habían dado su acta de defunción  en 2018 a este partido que  se impuso muy por arriba de  morena.

Sin embargo,  no debemos  dejar de lado que en esta contienda electoral  quien reinó fue el ausentismo, la poca participación de los electores para depositar su voto, prueba de las vicisitudes  que ha traído consigo la pandemia  por Covid-19 y por supuesto,  el desencanto  por el sistema  político mexicano, que se traduce  en la abstención como forma de protesta,  porque la conclusión de la gente al final de cuentas es que su voto  no se traduce en bienestar social ni en mejoras importantes para sus vidas, sino que  por los puestos de poder pasan  siempre los mismos gatos solo que revolcados.

Pero el triunfo fue para el PRI, no para morena, cuando las encuestas de las que tanto  presume López Obrador dicen que ellos cuentan con el apoyo popular en todo el país, pues  con estos resultados  tan poco favorables para morena   no nos queda más que dudar de esas encuestas. En Coahuila, el PRI obtuvo el triunfo de 16 distritos y en Hidalgo ganó 36 de los 84 municipios.

¿Por qué el partido formado por López Obrador  no fue el ganador en estas recientes elecciones?

Morena con López Obrador a la cabeza fue en su momento mediáticamente  convincente   con  sus discursos que ponía a los pobres en primer lugar y prometía  una mejor calidad de vida para todos ellos, justicia social y erradicar la corrupción,  la que según López  es la madre de todos los vicios en México.

Se presentó como una alternativa  al régimen priista, ¿pero qué alternativa ha ofrecido a México?  Ninguna. Son más de lo mismo o como muchos dicen acertadamente,  son peores, porque no están resolviendo los problemas fundamentales del país y de la gente, porque si así fuera no hubieran  perdido las elecciones en Coahuila e Hidalgo.

Si otro gallo cantara en México, morena hubiera podido ser capaz de  invitar al voto a su favor a los electores de estos dos estados    solo con el hecho de  argumentar con sus propios “resultados y aciertos” como gobierno,  y nuevamente  su discurso hubiera estado  basado en que son una alternativa real para la gente, pero como  no es así, porque precisamente los desaciertos son muy evidentes:  vemos que hay una alarmante caída de la economía,  miles de muertos por la mal atendida pandemia y un repunte de casos a la puerta, los programas sociales que tanto ha presumido López Obrador y que  son una copia de los mismos que han existido en sexenios pasados pero bautizados con otro  nombre, no están resolviendo el problema fundamental de pobreza en la que se debaten millones de mexicanos.

Varios pensaron erróneamente que López Obrador sería tolerante con las ideas de otros, ¿y qué vemos? Que el gobierno de AMLO va que vuela para  convertirse en una dictadura, que no tolera a nadie que difiera de su ideología, además de ser sumamente vengativo.

AMLO odia todo lo que huela a organización popular,  puesto que él sabe del poder que tienen las masas  unidas  y organizadas, por eso les teme y trata a toda costa de impedir  que los mexicanos se convenzan que esta es la mejor forma  de exigir a los gobiernos incompetentes y  represivos que cumplan con sus deberes, por eso  la  feroz  persecución contra el Movimiento Antorchista, que se ejerció desde su mano descaradamente por un periodo, y después valiéndose de gobernadores  si escrúpulos  como Miguel Barbosa en Puebla, quien  echando mano de  la Unidad de Inteligencia Financiera con Santiago Nieto a la cabeza mantienen una persecución feroz hacia nuestra organización.

El gobierno  de López Obrador es una vergüenza  y ya somos noticia internacional pero no por su buen gobierno, sino por sus  claras muestras de  dañar a los mexicanos con medidas como  la desaparición de los fideicomisos que es un duro golpe, incluso  en días recientes  organizaciones internacionales han aconsejado al gobierno de  López Obrador no continuar con sus obras faraónicas  sino atender en serio a la economía,  pero  no se ha hecho ni se hará caso, así como no desparecer los fideicomisos, pero  ese ya fue un acuerdo  que se tomó en las más altas esferas del poder y no hay vuelta a atrás.  Este es el indicador que vemos en  las elecciones de Hidalgo y Coahuila, un desencanto  hacia  el mal gobierno encabezado por AMLO  y la prueba de que  las cosas no van nada bien en el país.

Pero en 2021 gane el partido que gane  todos los mexicanos debemos tener muy en claro que solo el pueblo puede salvar al propio pueblo. Los partidos y  los que  en ellos se columpian para ganar puestos de elección popular, como el señor López ofrecen la cara bonita en campaña y una vez que se  sientan en la silla del poder  se olvidan de sus promesas y muestran su verdadero rostro, por eso, urge que los que no pretendemos vivir de la política  nos organicemos y creemos un frente fuerte y organizado para  tomar las riendas de nuestro  país y con ello,  realmente brindar mejores condiciones de vida a aquellos que han sido  atropellados por los poderosos.