ColumnasDestacadosDevaneos (Ma. Elena Maldonado)

Pobreza Irreductible

Argonmexico / Hay quien piensa que no hay forma de crear una sociedad más equitativa, definitivamente yo aseguro que se pueden reducir esos abismos que separan a las clases socioeconómicas. Sobre todo a los que menos y nada tienen; proporcionarles incluso un poco más de lo indispensable. Siempre me ha parecido vergonzoso para la humanidad que alguien muera de hambre, de frio, de algún problema de salud que pudo tener cura. Claro que la violencia en cualquiera de sus formas es otra conducta para avergonzarse y sabemos que también es propiciada por la pobreza y la falta de educación y oportunidades.

Pero ahora que el 25 de mayo se cumplen 25 años de la creación de Sedesol (Secretaria de Desarrollo Social) es momento de mirar que en México no ha pasado nada en cuanto a reducir la pobreza y su cercana compañera la miseria. Cuentan que los cinco gobiernos se han gastado más de 1.5 billones de pesos, y puedo asegurar que gran parte de ese dinero se fue quedando en las carteras de algunos funcionarios, amén de los que se gasta en la excesiva burocracia que además de inútil es un lastre para que los programas lleguen a buen fin.

Alrededor del planeta se desperdicia mucha comida y es absurdo que los pudientes tengan mascotas que comen mejor que millones de niños y portan joyas y vestidos que alimentarían un extenso número de personas. Aunque si ellos ganan su dinero, nadie puede decirles en que gastarlo, aunque su conciencia y su sentido común podrías funcionarles como un buen consejero y crear una fundación en que usar responsablemente esos bienes que dilapidan en estupideces.

Lo imperdonable y sólo por poner un ejemplo entre muchos al reciente saqueo, la incalificable corrupción, el derroche que se efectuó en Veracruz por el ex gobernador Duarte y sus secuaces que tuvieron el descaro de sustituir medicinas por sustancias sin efecto alguno. Una esposa cómplice de semejantes atrocidades gastando en peluqueros y vanalidades, mientras no había dinero para los sueldos de los empleados más indispensables para el funcionamiento del Estado.

En la cruzada contra el hambre, conocemos las raquíticas porciones de alimento que ofrecen a los pobladores de las zonas marginadas y que además tienen un costo, que para nosotros podrías ser casi nada, no para las familias en extrema pobreza; está claro que no es el camino.

El economista Mario Luis Fuentes el diseño está mal estructurado y es lo que lo ha llevado al fracaso; recuerda que los programas creados en las décadas de los 80 y 90 tenía como objetivo reducir el costo social de las reformas económicas impulsadas por el gobierno federal. Dice que buscaban crear en los individuos las capacidades necesarias para incorporarse al mercado laboral que surgiría a partir del desarrollo económico que se esperaba de dichas reformas. Pero ni el desarrollo económico ni las fuentes de empleo llegaron.

Es un fracaso, más de la mitad de la población se encuentra en la pobreza de patrimonio, incapaz de adquirir alimentos, mucho menos los bienes indispensables para alcanzar un nivel de vida que pudiera llamarse digno. Y los estados más pobres continúan siendo Chiapas, Oaxaca y Guerrero. Los que tienen menores índices de pobreza son Baja California, Ciudad de México y Nuevo León.

La dinámica de la pobreza es el único indicador que se ha modificado. Según el Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social) entre 1992 y 2014 la pobreza en el sector rural disminuyo de 66 a 62 por ciento, en tanto que la pobreza extrema descendió de 34 a 32 por ciento, mientras en el sector urbano aumento de 44 a 50 por ciento, y la pobreza extremapasó de 13 a 17 por ciento. La mayoría de los individuos con más de dos neuronas funcionales, saben que si la corrupción y la ineficiencia fueran derogadas del comportamiento cotidiano de los políticos, esto no sucedería.

Aunque eso ¿a quién le importa? Como dice F. Bartolomé en su columna Templo Mayor del periódico Reforma: Entre los priistas una cosa es el discurso contra la corrupción y otra cosa muy distinta, hacer de ese discurso un estilo de vida. Y menos cuando está de por medio un buen reventón. Así vimos la cantidad de figuras tricolores que acudieron gustosas, trajeadas, enjoyadas y perfumadas a la boda de la hija de Carlos Romero Deschmaps. A nadie le causo la menor incomodidad el derroche que rodea al líder petrolero y, mucho menos, los reiterados señalamientos de corrupción. Habrá quienes digan que sólo fue un compromiso social, pero en esos “detalles” se refleja, si realmente hay un compromiso personal. Porque no sirve de mucho condenar la corrupción en público y, en privado bailar “Despacito con ella”. Lamentable –digo yo- que continuemos siendo cómplices de estos hombres y mujeres que no miran por el bien de sus conciudadanos, quisiera ponerlos a todos en el único lugar que por principio les pertenece: que su conducta los lleve a vivir a la miseria real que merecen.