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A la Opinión Pública
A los Medios de Comunicación
Desde que empezó el conflicto entre la Minera Peñasquito y el Frente de Comunidades Afectadas por la Minería, junto con transportistas, fuimos solidarios con los compañeros de las comunidades afectadas por Peñasquito y con los transportistas cuando el Gobierno Federal y Estatal los dejaron a su suerte, porque estamos convencidos de que las minas a cielo abierto le han dejado un gran daño al medio ambiente por la acción depredadora y de devastación que está acabando con las pocas reservas de agua con que cuenta el acuífero de Cedros.
Hoy ya han secado manantiales, las aguas superficiales y los pozos de agua de El Vergel, Cedros, Matamoros y otras 10 comunidades.
Por eso los ejidatarios, dueños legítimos de las tierras donde se asienta la mina, demandan atender urgentemente el problema del agua y la restauración del medio ambiente.
La mina de New Mont-Gold Corp prácticamente ha saqueado la región y exigimos que los habitantes de la zona sean beneficiarios de la gran riqueza minera a través del empleo, de un programa de Desarrollo Integral la región, lo cual es un compromiso que la empresa firmó con los ejidatarios cuando la mina llegó y empezaron los trabajos después de la exploración de 2008.
Por esto, la lucha que los ejidatarios han mantenido, es para que la minera cumpla con los compromisos firmados con los ejidatarios y los transportistas.
Cabe mencionar que lo transportistas que hoy reclaman sus derechos, nacieron a propuesta de la propia mina, la cual propuso, que con el pago que la empresa daba a los ejidatarios por los convenios de Ocupación Temporal, compraran camiones y que los contratarían para el movimiento de tierras.
Ahora, de los 180 transportistas que trabajaban en la mina, únicamente 50 mantienen su empleo, y que la mina sólo tiene en su plantilla de trabajadores de la región a 19 pero a nadie más.
En este sentido, cuando se instaló la mesa de negociación para solucionar el conflicto resultado de la falta de cumplimento de los acuerdos firmados entre los ejidatarios con Peñasquito, participamos en las primeras reuniones. Después de intervenir y lograr que se levantara la ocupación de la mina, vimos cómo la empresa minera, alargaba la negociación para dilatar el cumplimiento de los acuerdos y no resolvían.
Decidimos retirarnos para que fuera la compañía la que llevara la negociación.
Vimos cómo dejaban correr el tiempo, que los 60 días para resolver, pasaron y no cumplieron. Les pedí a los compañeros ejidatarios que mantuvieran la mesa y que tuvieran paciencia, pero la mina tomó eso como una debilidad y siguió “dando largas”, administrando el tiempo sin resolver prácticamente nada de los problemas estructurales que causan en la zona.
Los administradores de la mina pidieron a los ejidatarios hicieran una propuesta y a nada han cumplido. Y como burla, les ofrecieron construirles una cancha de futbol y una de béisbol.
Ante esto, los compañeros convocaron una reunión para el día de hoy, después de que ayer la empresa se comprometió a dar respuesta.
Aún con lo anterior, la empresa se atrevió a pedir 10 mil hectáreas más del ejido, 2 mil para empezar la explotación y 8 mil para exploración.
Nosotros no estuvimos en la asamblea y nuestro llamado fue a que siguieran en la mesa de negociación, pero entiendo que la propuesta de ellos fue: “si seguimos en la mesa, pero con la mina cerrada”.
Somos solidarios con sus luchas, sus causas a favor de la vida y en contra de la muerte, pero esta lucha les pertenece a ellos y somos respetuosos.
Convocamos a las partes a instalar en forma urgente la mesa de negociación y esperamos que la minera asuma su responsabilidad y resuelva cumpliendo los compromisos que hizo con las comunidades y los convenios con los transportistas.
Pedimos solidaridad al Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana, encabezado por mi compañero senador, Napoleón Gómez Urrutia, para fortalecer la lucha de los ejidatarios y trabajar por una minería sustentable, respetuosa del medio ambiente, de los derechos humanos y de los derechos sobre el territorio de las comunidades.
Nosotros no vamos a participar en las mesas de negociación, pero estaremos atentos y exigimos respeto y trato digno para el pueblo de Mazapil, Zacatecas, sus comunidades y los transportistas.
Le pedimos al Gobierno Federal que no caiga en la tentación de una salida falsa autoritaria.
José Narro Céspedes
Senador de la República