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Arranca Orquesta Escuela Carlos Chávez Nuevo Ciclo Académico

Por Dany García

Argonmexico / Este 2 de septiembre de 2019, la Orquesta Escuela Carlos Chávez (OECCh) arrancó su nuevo ciclo escolar con ánimos fortalecidos y retos artístico-académicos que exhiben la solidez de su modelo educativo. Su nueva sede, ubicada en la Casa Adolfo Ruiz Cortines del Complejo Cultural Los Pinos ha sensibilizado a los 133 instrumentistas que la integran en torno a la visión socio-formativa que pondera el Sistema Nacional de Fomento Musical (SNFM) en cada uno de sus programas. Proyectos interdisciplinarios, trabajo comunitario, además de conciertos forman parte de su quehacer en este periodo escolar.

A decir de Emilio Aranda Mora, coordinador de grupos artísticos del SNFM, la OECCh asumirá en este ciclo una carga artística −en el sentido estricto de compromiso− muy importante, debido a que los 133 instrumentistas que la integran deberán concentrarse en su desarrollo musical y también en apoyar a los niños, niñas y adolescentes que forman parte de los Semilleros creativos (orquestas, bandas, ensambles y coros comunitarios) que coordina el SNFM, pues serán tutores o maestros de instrumento.

“El objetivo del Sistema Nacional de Fomento Musical es la conformación de una comunidad de comunidades, a través de la práctica musical, en la que Orquesta Escuela Carlos Chávez es la cúspide de la pirámide y en la base están los Semilleros creativos que poco a poco han consolidado el modelo que ha motivado el ingreso a la orquesta de ocho talentos, provenientes de estas orquestas comunitarias”, señaló.

Asimismo, informó que el 30 por ciento de la orquesta se renovó para este ciclo. “El desempeño académico es muy importante para permanecer en la Orquesta Escuela, por eso cada año los instrumentistas deben cumplir con evaluaciones sobresalientes; las vacantes se generan en función del número de egresados y las titulaciones −a la fecha llevamos 30−. En esta ocasión ingresaron 23 jóvenes procedentes de Baja California, Ciudad de México, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Yucatán”.

A seis años de implementar de manera obligatoria el modelo de educación profesional en la OECCh (antes no era necesario cursar los estudios de Licenciatura para pertenecer a ella), Aranda Mora, subrayó que poco a poco se revelan los alcances de este programa, que además de ser de alto rendimiento, busca ser incluyente y con sentido social, con el objetivo de no dejar a nadie atrás, como lo delinean los ejes de trabajo de la Secretaría de Cultura.

En estos momentos la OECCh está integrada por 133 instrumentistas procedentes de 29 estados del país, solo Baja California Sur, Colima y Chiapas aún no cuentan con representantes; el rango de edad ha disminuido, pues oscila entre los 17 y 31 años de edad.

“Actualmente nuestros exalumnos forman parte de las orquesta sinfónicas más importantes del país, como la Filarmónica de la Ciudad de México, la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato, la Orquesta Sinfónica del Instituto Politécnico Nacional, la Orquesta Sinfónica de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y la  Orquesta Sinfónica Nacional; a esta última se acaban de integrar Iván Levi Fernández Lana, chelista de 20 años de edad, y Rogelio Abraham Franco Vivanco, contrabajista 29 años de edad; así como Alejandro Gómez Ángulo, contrabajista de 28 años de edad, quien también ganó la audición para integrarse a la Orquesta Filarmónica de Toluca”, dijo Emilio Aranda.

Por otra parte, el también pianista subrayó que en 2019 la OECCh participará por primera vez en el Festival Internacional Cervantino, es importante señalar que en 2020 cumple 30 años –se fundó en 1990, 2008 inició el modelo de educación musical “orquesta-escuela”, y en 2013 comenzó el carácter obligatorio de este programa académico para poder formar parte de la orquesta−.

La instauración de este modelo de educación musical, de nivel profesional y basado en competencias ha permitido que los instrumentistas formados en la OECCh tengan un sentido social, por ello, no es de extrañar que los jóvenes se organicen para manifestar sus preocupaciones en su quehacer como músicos y como personas interesadas en el devenir social del país.

“Proyectos como Derribando muros, en el que se trabajó de cerca con internos del Reclusorio Norte en la realización de un concierto-instalación donde se hizo una reflexión sobre ¿qué es la libertad?; Negritud, donde el Ensamble de Percusiones de la OECCh exploró las posibilidades sonoras que devienen de la reivindicación cultural de los migrantes africanos y su influencia en los países donde se asentaron son un par de ejemplos de cómo, a través de ejes temáticos y el diálogo interdisciplinarios, el Sistema Nacional de Fomento Musical busca formar músicos profesionales sensibles a lo que sucede en el mundo”, concluyó Aranda Mora.