Sierra de Puebla, Contra la Leyenda Negra
Por Francis Martínez
Segunda y Última Parte
Argonmexico / La marginación, la explotación y el sojuzgamiento cultural, son lacras contra los que han luchado generaciones de indígenas huitziltecos, liderados por las lumbreras de su pueblo, como Manuel Hernández Pasión, y asidos a la mano del Movimiento Antorchista.
Sin embargo, el municipio carga a cuestas una leyenda negra. Los viejos, que por fin gozan la paz que añoraban en la década de los setentas; las mujeres, que pueden ver cómo sus hijos se convierten en hombres de bien y no en matones; y las nuevas generaciones, que gozan de un Huitzilan saludable y pacífico, son acusados, falsa e intencionadamente, de haber encumbrado a una organización “violenta” [el Movimiento Antorchista].
La señalan de ser autora de “crímenes” que nunca se le han probado, pero que se le endilgan, un día sí y otro también, a pesar de haber sido ésta la que interviniera para detener la ola criminal que asolaba a la región y la que, a expensas de los verdaderos criminales, algunos de los cuales continúan en la vida pública de Huitzilan de Serdán.
Y como todas las leyendas negras, a pesar de la evidencia documental que se ha aportado con el correr de los años, e incluso, las narraciones orales de los que sufrieron el abuso y el olvido, este estigma sobre el Movimiento Antorchista se ha conservado y transmitido en no pocas notas de la prensa poblana. Esta dinámica ha obligado a los indígenas huitziltecos a desmentir, una y otra vez, todas esas versiones.
Pero Huitzilan no se rinde. Los pobladores están decididos a barrer y seguir barriendo, cuantas veces sea necesario, la imagen negativa que se tiene de Antorcha, es decir, saben tender la mano a la única organización que acudió en su auxilio en aquella época en que nadie denunciaba los abusos de que eran objeto.
Córdova Morán afirma que, a pesar del estigma contra la Organización, que brota cada que se le quiere desacreditar y que tiene de voceros a políticos y periodistas maliciosos, los huitziltecos no olvidan su historia ni los años y el esfuerzo que les costó lograr esa independencia de la que ahora gozan.
A la par de esta lucha permanente, soportando asedios mediáticos y agresiones hacia sus líderes, los huitziltecos construyen con laboriosidad, empeño y, principalmente, con inteligencia el futuro de las siguientes generaciones. Pocos ciudadanos darían el crédito a los indígenas por los portentosos progresos visibles en esa población.
Basta de Discursos Mediáticos
La conmoción que vivieron los lugareños tras conocerse la muerte de Manuel Hernández Pasión, la multitudinaria despedida en sus funerales -con más de 20 mil asistentes- y las gigantescas concentraciones que se han hecho para exigir justicia (no sólo en el estado de Puebla, sino a nivel nacional), demuestran cómo la pérdida de un hombre con las características de Manuel se vuelve un retroceso en los procesos de liberación y empoderamiento de las comunidades indígenas.
Para Aquiles Córdova y los más de dos millones y medio de mexicanos que comparten su visión de futuro, los discursos mediáticos sobre el combate a la pobreza y, principalmente, sobre la impartición de justicia se han convertido en lastres sociales que deben superarse antes de que el agravio colectivo se encause equivocadamente, pues actualmente es completamente visible el “desgaste de las instituciones políticas y judiciales.
“Siempre se declara, por ejemplo, que harán justicia a rajatabla, caiga quien tenga que caer, pero esa premisa nunca se lleva a la práctica: terminan cayendo los peones y los amos, los verdaderos delincuentes, siguen libres. En el caso de Manuel Hernández Pasión, Antorcha asume como suya, como completamente suya, la tarea de lograr que la investigación vaya más allá de detener a los asesinos materiales; que se juzgue y encarcele a los verdaderos conspiradores del asesinato. Que se les castigue para evitar mayores problemas en la Sierra Norte de Puebla”.
Huitzilan y la Cita Electoral 2018
Ya las elecciones del 2018 están al día; época en la que el país vuelve a escuchar propuestas en voz de aquellos que quieren alcanza algún puesto público. En ese contexto, el dirigente antorchista tiene claro que ese juego de poder también se intentará llevar a cabo en Huitzilan de Serdán, pero asegura que no le temen a la lucha política, pues han ganado reiterada y masivamente, desde 1984, con el voto consciente y libre de la población.
“Sólo será posible sacar a Antorcha de Huitzilan de Serdán si se emplea abiertamente la violencia del Estado; cualquiera de los que actualmente se quieren poner la etiqueta de líderes de los huitziltecos, como el señor Martín Hernández, el cura que tiene todo el apoyo de la Iglesia, se va a topar con pared en la justa electoral, no podrá derrotar a Antorcha porque el antorchismo hizo lo que no había hecho nadie antes: liberó a los indígenas huitziltecos de sus explotadores, y eso la gente lo ve, lo sabe y, por tanto, seguirán con nosotros, pues se dan cuenta de la transformación de su municipio”.
Y en eso lleva razón Córdova Morán. Cuando el Movimiento Antorchista llegó a Huitzilan, las puertas de la escuela primaria estaban cerradas debido a que la UCI había asesinado al director y amenazado a los demás profesores. Actualmente, Huitzilan no sólo cuenta con una escuela primaria que imparte clases regularmente, sino que tiene prescolar, secundaria y bachillerato.
Además, cuenta con instalaciones médicas y de salud de primer nivel, con espacios deportivos y con los servicios básicos resueltos: pavimentación, electricidad y drenaje. Esta inmensa labor no puede ser negada ni ignorada, y menos cuando se tenga que decidir el futuro de una población, es decir, cuando se trate de negar o ratificar el voto, señala el Maestro, como lo conocen los antorchistas.
“La gente sabe [lo que ha hecho Antorcha por ellos, y entonces], ¿por qué habría de regresar a votar por los asesinos? Está claro que el asesinato de Manuel es una prueba de que los caciques y todo el orbe político acomodado saben que no pueden regresar al poder por la vía democrática, y es por eso que recurren a la violencia, porque es la única manera en que podrán retornar a su posición de poder”.
Córdova Morán explica que el voto masivo por los proyectos del antorchismo nacen de los resultados que le ha dado la organización a la gente; asegura que esto es así porque el antorchismo tiene el profundo convencimiento de que la política sí puede transformar a las comunidades, siempre y cuando tengan a exponentes de su clase social al frente, como ocurrió con Manuel Hernández, siguiendo la filosofía de educar y organizar al pueblo.
Sin embargo, en 44 años de existencia, hasta ahora ninguna investigación de carácter histórico, sociológico o etnográfico le ha dado a los antorchistas el lugar que les corresponde tras los 34 años de haber atendido el llamado de auxilio de una población diezmada y mutilada por el crimen de la Unión Campesina Independiente.
Ninguna organización habría acudido ni sobrevivido al brutal escenario de violencia y éxodo que llevó a la incipiente organización del joven Aquiles, en la década de los ochentas, a internarse en las profundidades de esa accidentada zona poblana y emprender el proyecto de emancipación cultural y material del pueblo pobre. Es Huitzilan de Serdán, otro gigantesco botón de muestra del ideal antorchista, su proyecto de país en célula, pero abarcadora y humanizada, con que buscan que la historia los absuelva.