Cierran el Paso a Coaliciones Partidistas en Varias Entidades
*Chihuahua, Veracruz, Tamaulipas… Primeros en la Lista
argonmexico.com / Alianzas electorales, en veremos… Este año se elegirá al próximo gobierno en 12 entidades del país, de los nueve comandados por el PRI, en no más de cinco, se vislumbra como algo posible que las principales fuerzas de oposición: PRD y PAN, conformen alianzas electorales. Mientras que en los casos donde gobiernan Acción Nacional (Aguascalientes y Tlaxcala) y el sol azteca (Zacatecas), también se ve lejano que el tricolor pudiera integrarse a un bloque partidista.
Frente a los llamados y declaraciones de dirigentes locales o suspirantes por la nominación de su partido, en varias ocasiones desde la propia cúpula partidista nacional han salido a enmendarles la plana. Así sucedió en el caso de Tamaulipas donde el PRD anunció con bombo y platillo que estaban en pláticas con Lino Korrodi, para llevarlo como su abanderado a competir por la gubernatura actualmente en manos del priísta Eugenio Hernández Flores.
Aunque todavía faltan varias semanas para que ocurran los registros formales de candidatos, en Chihuahua, una vez que el expresidente de la Cámara de Diputados, César Duarte Jáquez, es ungido candidato de unidad del priísmo; el panista Javier Corral lanza la propuesta para que el PRD lo arrope en su proyecto por sacar al PRI del palacio de gobierno. Claro, él sería el abanderado de la posible alianza partidista.
En Veracruz, donde el “delfín” de Fidel Herrera Beltrán, Javier Duarte de Ochoa, trepa bien el “fidelismo” y deja la vicecoordinación de la diputación federal tricolor para aspirar a suceder a su “padrino”. En la escena político-electoral reaparecen Dante Delgado Rannauro y Gerardo Buganza Salmerón. Ambos contendieron hace seis años contra Fidel.
Dante, senador y dirigente moral de Convergencia, ya pidió licencia a la representación popular, en la espera de que otros partidos, sobre todo PRD y PT, lo apoyen en su campaña; mientras Buganza libra una lucha soterrada con sus opositores al interior del PAN: Miguel Ángel Yunes, titular del ISSSTE y Juan Bueno Torio, senador de la República. Lo cual descarta una coalición de partidos.
Para Puebla, mientras se da como “seguro” candidato del PRI a Javier López Zavala, creación política del gobernante en turno; los senadores panistas Fernando Moreno Valle y Teresa Ortuño se inscriben en la contienda interna del PAN; el aún priísta Enrique Dóger Guerrero avizora tiempos de coaliciones y trabaja en ello.
El caso de Tlaxcala es especial. Aunque sus tres últimos gobernadores militaron en el Revolucionario Institucional, excepto José Antonio Álvarez Lima, último gobernador surgido del PRI; fue sucedido por Alfonso Sánchez Anaya quien renunció al tricolor y fue apoyado por un bloque partidista encabezado por el PRD.
Uno de sus cercanos confiesa que la consigna se la dio el entonces también distinguido perredista Porfirio Muñoz Ledo. Le propuso dejar de pelear al interior del PRI con Joaquín Cisneros y prepararse a gobernar Tlaxcala. Y así sucedió.
Sin embargo, Sánchez Anaya no sólo no supo concretar su poder al no conseguir para su partido la mayoría en el Congreso estatal, ni en las principales alcaldías de la entidad; sino incluso, al intentar imponer a su mujer, María del Carmen Ramírez, como candidata a sucederlo por el PRD, dividió al partido y le allanó el camino a Héctor Israel Ortiz Ortiz.
La etapa de Ortiz Ortiz ha sido también significativa para la entidad. Hace cinco años, en su afán por alcanzar la nominación del PRI, su partido de toda la vida, tuvo que enfrentar una dura confrontación con Mariano González Zarur, senador y presidente estatal del tricolor, quien veía al partido como su ínsula de poder.
El arrinconamiento que padeció Héctor Israel por la dirigencia de su partido, lo obligó a conversar con dirigentes de otros partidos (ni PRI ni PRD), hasta hallar cobijo en las filas panistas. Meses después se conformó un frente partidista encabezado por Acción Nacional que lo registró y lo condujo al triunfo en las urnas.
Ahora, para la presente etapa del 2010, las cosas de la praxis política vuelven a tornarse oscuras en Tlaxcala. Si bien todo indica que la senadora Minerva Hernández se convertirá en la candidata del PRD a gobernadora; nadie puede afirmar quién recibirá la nominación del PRI y del PAN.
Mucho se habla de la fuerza “caciquil” que mantiene Mariano González Zarur en el priísmo local, lo cual parece estarle poniendo trabas a Lorena Cuéllar Cisneros en su lucha por convertirse en la candidata oficial. Ello se complica cuando se sabe que la alcaldesa con licencia no cuenta con el aval de Beatriz Paredes, presidenta nacional del tricolor.
Mientras que al interior del blanquiazul, en la entidad se dice que detrás de la petición de licencia a sus respectivas diputaciones, Julián Velázquez, Perla López Loyo y Adriana Rojas, aspirantes panistas a la gubernatura, prevalece una pugna subterránea para impedir que en Tlaxcala suceda al PAN lo mismo que en San Luis Potosí.
Sí, se dice que la decisión del próximo candidato debe recaer en el exsecretario de Salud de la entidad, con lo cual se impediría un rompimiento de sus huestes con el blanquiazul; de lo contrario, en Tlaxcala podría repetirse el caso potosino. O soy el abanderado, o me voy con mis canicas…
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