Noche de Muertos, la Velada más Esperada en Michoacán
Por Ariadna Arizmendi
Argonmexico / Está por llegar una de las fechas más esperadas en Michoacán: la Noche de Muertos, esa que se vive el primero de noviembre, en la que la muerte se celebra con la vida. Días previos a esta celebración, los panteones y casas donde se hace “la espera” se cubren con flores de cempasúchil, velas, fruta, pan e incienso.
Durante esta velada, Michoacán espera superar en al menos un 3%, la afluencia de visitantes de 2018, que fue de 174 mil 325 y, la derrama económica que superó los 144.6 millones de pesos.
En el marco de la celebración pagano-religiosa de Noche de Muertos en Michoacán 2019, se desarrollarán más de 700 actividades en todo el Estado, especialmente las realizadas en las comunidades indígenas purépechas.
Hay ofrendas y elementos que debemos tener presentes al momento de acudir a la celebración de Noche de Muertos, entre las que destacan:
Las Ofrendas: En Michoacán, las celebraciones comienzan desde el 31 de octubre, con la cacería del pato, actividad a punto de desaparecer por la escasez de palmípedos, pero que aún se efectúa, a la que sigue la colocación del altar de “angelitos”, el día 1º de noviembre, para concluir con las honras a los difuntos el día 2. Estos rituales se llevan a cabo principalmente en la región lacustre del lago de Pátzcuaro y algunas otras comunidades purépechas.
Velación de los Angelitos: Para el día 1º de noviembre se ponen ofrendas y altares a los “angelitos”, o muertos chiquitos que han dejado el mundo de los vivos. Si es su primera ofrenda, el padrino de bautizo lleva un arco, el cual será arreglado con flor de cempoalxóchitl o tiringuini-tzitziqui (en p’urhepecha, flor amarilla) y flor de ánima, propias de esta época; asimismo, lleva dulces de azúcar con figura de ángel o de animalitos, juguetes e inclusive ropa, como parte de la ofrenda.
Velación de los Muertos: El día 2 de noviembre, la ofrenda está dedicada a los difuntos grandes o adultos. La velación comienza la noche del día primero con la preparación de las ofrendas que se han de colocar en las tumbas o en los altares familiares y concluye ya entrada la mañana del día 2. Para los muertos recientes, es decir los de primera ofrenda, las honras empiezan con el novenario, que inicia nueve días antes, haciendo coincidir el último día con el de muertos; familiares y amigos allí reunidos rezan el rosario y piden por el eterno descanso del alma del difunto.
Finalmente, se hace hincapié en que no se deben confundir las celebraciones que tienen lugar en las comunidades indígenas, con actos de diversión, todos los asistentes deben ser respetuosos con esta tradición que, en 2003, la UNESCO declaró una Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.