Yarrington y Duarte
Por Adriana Heredia / Argonmexico
Las personas que tienen el cabello rizado lo quieren tener lacio y las que lo tienen lacio reniegan porque lo quieren tener rizado, los que lo tienen rubio lo quieren tener oscuro y viceversa, también escuché a una persona delgada decir que quería aumentar de peso, y quienes tienen sobrepeso y obesidad sufren todos los días por bajar unos cuántos kilos, la lista de ejemplos es interminable, nunca, jamás estaremos contentos con lo que tenemos, si hay porque hay, y si no hay porque no hay, así de simple con palabras llanas y filosofía popular.
No es de admirarse que los mexicanos que tanto pedíamos que se aplicara la ley y se detuviera a personajes de la talla de los ex gobernadores Tomás Yarrington y Javier Duarte ahora critiquemos la forma en que se les detuvo y las especulaciones en torno al ámbito político que se vive en el país, si nosotros mismos no estamos contentos con lo que somos, ¿porqué habríamos de estar contentos por lo que hacen las demás personas y las instituciones?.
Es buena la detención de estas personas a quienes se les acusa de diversos delitos aún no comprobados, pero también es bueno que siempre seamos críticos de las acciones sin importar la trinchera en donde nos encontremos, así que a los políticos no les queda más que aguantarse todas las especulaciones que circulan en torno a estos hechos, lo malo es que por más llenas (sobrepobladas en muchos casos) que se encuentren las cárceles de nuestro querido México, el problema no se acaba, ¿o a caso con la detención de miles de delincuentes y decenas de capos ha terminado la inseguridad en el país?, es claro que no, y si usted opina lo contrario seguramente ya no vive en México.
Desde la captura de Yarrington en Italia empezaron las especulaciones, que si era un asunto electoral para darle confianza a la ciudadanía que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el poder federal está haciendo bien las cosas y detiene a sus propios gobernadores priistas, que si es una artimaña en el marco del proceso electoral que se vive en varios estados de la República principalmente en el Estado de México para ganar credibilidad y con ello muchos votos y que esto sirva de referencia para poder operar en el 2018, pareciera que ya todos somos analistas y tenemos una bola de cristal, escribimos lo que va a pasar como en una telenovela y perdemos la confianza y credibilidad a causa de los malos gobernantes y nuestras instituciones corruptas que como siempre hemos dicho, no es un problema de un gobierno si no de una nación en donde la impunidad es una pieza clave.
Ahora, pareciera que hasta la sonrisa de Duarte en los momentos de su detención les da referencia para decir que las cosas estaban arregladas, y si estaban ¿es malo que vaya a la cárcel?, el caso de Yarrington y Duarte y la forma en que estos sean tratados nos dará o nos quitará la confianza para seguir con la esperanza de que un día las cosas mejoren en nuestro país, la historia nos dice que no será así, pero no todos los políticos que pisan la cárcel salen a los dos años, como también es cierto que no con su encierro se ha acabado el problema en cada una de sus entidades, tendrán que demostrar que la impunidad va en declive y que más allá de esperar a que terminen su gobierno, los mexicanos debemos auditar a nuestros gobernantes en funciones por las vías adecuadas.