Hágase Nuestra Voluntad
La señora que vive y ha vivido del erario, ignora que un grupo de mexicanos libres en la búsqueda de limpiar la política de “políticos convenencieros, corruptos, acomodaticios y demás virtudes que los visten”, somos los que hace mucho tiempo exigimos esa libertad para tener auténticos representantes de los derechos e intereses de la ciudadanía, la cual está asqueada de mirar los intercambios entre cámaras, gobierno y grupos de poder.
Me informan que para lograr que este país avance, quitarles el poder a esos que han demostrado que no pueden, requerimos reunir al 2 por ciento del padrón electoral. Las solicitudes deben contener nuestras peticiones, acompañadas del número de nuestra credencial de elector. No me parece imposible, ellos le apuestan a la falta de unidad de la ciudadanía, ponen dificultades que suponen no seremos capaces de cumplir, con la intención de mantener sus cotos de poder en exclusiva.
Yo propongo hacer una lista con las peticiones que inteligente, extraurgente y necesariamente requerimos, con ella en mano; ponernos a trabajar en reunir las firmas con los obligados requisitos, y darles la sorpresota a estos parásitos incrustados en nuestras vidas, respirando, alimentándose de nuestro trabajo, nuestra sangre, nuestra falta de agallas para trabajar por nuestros legítimos derechos, para darles una patada en el trasero; que trabajen y desquiten su sueldo honradamente, siempre y cuando encuentren una vacante y alguien los quiera emplear.
Y aunque le suene melodramático, exagerado, quizá estoy definiendo los hechos de manera corta. Haga su lista de buen gobierno, y envíela a [email protected]. Lo peor que puede pasar es que no pase nada y usted solo habrá perdido un poco de tiempo, ¿en cuántas tonterías no lo ha perdido?; una de ellas criticando y quejándose de un gobierno que no le ofrece nada positivo.
Realmente es muy penoso lo sucedido en el multicitado Bar Bar, pero como viejos chismosos –todos los comentarios que he escuchado vienen del genero masculino- han armado un escándalo fuera de contexto. Se han preguntado ¿Qué hacía un deportista a esa hora en un lugar así?. ¡Ahora resulta que el señor no puede salir!. ¡Pásenle un manual de comportamiento!. ¡Qué bueno que estaba con su señora, que si no…!
Obviamente debe privilegiarse la seguridad y no permitir a los facinerosos entrar a lugares públicos armados, pero ya ven que con dinero baila el perro. Sería mejor que estuvieran tras las rejas. Por otra parte, es verdad que ese Bar –y muchísimos más en la Ciudad de México- operan fuera del horario permitido, y dejan fumar, ¡oh que susto!. Pues es lo que el ciudadano quiere; no necesitamos un prefecto que cuide nuestro comportamiento. Y todos esos padres de familia que dicen que los “antros” no deben esto, no deben lo otro, “que nuestros hijos vayan a lugares seguros”, y que se los cierren temprano. Pues parece que profundos estudios arrojan datos ciertos sobre la mejor hora para que los chicos –supongo que hasta los 22, 23 años- se vayan a buena hora dormir a casita. A las 2:30 deben encontrarse de dientes lavados y abrazados a su respectivo oso de peluche. Bien, padres de familia, en la Ciudad de México además de los adolescentes, vivimos millones de adultos que no requerimos de cuidadores, y también nos encanta la pachanga hasta que se nos de la gana, y si sus hijos requieren de limites, pónganselos ustedes, cuídenlos ustedes. ¿En verdad creen que los que quieren seguir la fiesta los va a limitar su reglamento?.
En una metrópoli como la nuestra deben existir sitios de diversión para todas las edades, gustos, horarios. Curioso el gobierno del Distrito Federal, mucha libertad para abortar, para casarse entre personas del mismo sexo, peleando por que los homosexuales adopten, pero eso sí, nos quieren dormiditos a todos, antes de las tres, si no viene el coco y nos comerá. Eso y todas las deficiencias que padecemos, entre ellas la tremenda inseguridad que sufrimos, ahí debieran poner su máxima atención.
No es que esta tragedia no sea un tema que nos agravie profundamente, pero desgraciadamente es una entre cientos; a cualquiera de nosotros nos puede suceder un accidente provocado por la negligencia e irresponsabilidad de un tercero. Y como hasta nuestro señor presidente ha otorgado su apoyo, me hace recordar lo sucedido en la guardería ABC y no encuentro que las autoridades, ni los responsables, le hayan dado la importancia que los niños muertos ameritan, ni les hayan otorgado a los que sufrieron quemaduras y por ellas siguen padeciendo ellos y sus padres, el apoyo económico y emocional que humanamente y por responsabilidad requieren. Me encantaría que el pueblo de México pidiera en los estadios de futbol, justicia, apoyo, solidaridad como ahora lo hacen por Salvador Cabañas, para tantos otros temas de vital importancia para el pueblo de México. No desperdicien energía abucheando a los malos políticos, usémosla para hacernos respetar al grado que su trabajo satisfaga plenamente nuestras justas exigencias.
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