Necesario, Realizar una Consulta con el Consentimiento de los Pueblos Indígenas, que sea Vinculante e Incluyente
Por Dany García
Argonmexico / En el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, especialistas y habitantes de comunidades de varios estados del país discutieron en torno al tema de patrimonialización de expresiones, prácticas y objetos culturales en el foro Salvaguardia. “Una mirada al patrimonio cultural inmaterial desde el punto de vista de los pueblos indígenas”, organizado por la Secretaría de Cultura, a través de la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas (DGCPIU).
En el Museo Nacional de Culturas Populares, el pasado 9 de agosto, durante el primero de los tres conversatorios, Víctor Toledo, especialista internacional en derecho indígena, comentó que pese a que México fue el primer país que abordó del tema de propiedad social aún queda camino por recorrer. “Hay una oportunidad en el país para innovar y que los beneficios de estas declaratorias de Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) realizadas por organismos internacionales beneficien no solo a una persona sino a todo el pueblo.
Sin embargo, recalcó que no hay que separar el PCI del patrimonio cultural, ya que para los pueblos indígenas es uno solo. Además de que, previo a las propuestas de declaratorias, sería importante realizar una consulta con el consentimiento de los pueblos, que sea vinculante e incluyente bajo el régimen internacional de los pueblos indígenas.
Teresa Canseco Campos, artesana textil de San Antonino, Oaxaca, pidió que se respete el trabajo de los artesanos indígenas, pues a decir de ella “es nuestro pueblo, es nuestra cosmovisión la que está plasmada en la indumentaria. Yo aprendí a tejer desde los 8 años de edad y no se vale que otras empresas se roben nuestro trabajo. Me da gusto venir a defender nuestras raíces”.
Claudia Cabrera Sánchez, artesana textil de Tlacoalzintepec, Oaxaca, comentó que al PCI no se le ha dado el peso justo y solo hasta que se le otorgue autenticidad al trabajo artesanal se dejará de plagiar. Aunque en el caso de su comunidad, dada la complejidad en el bordado y tejido de las prendas, ha sido más difícil que las marcas las repliquen.
Durante el segundo conversatorio, Isela Islas Montiel, una de las Guardianas de la Tierra del Maíz, cocinera tradicional de Tlaxcala, resaltó la importancia de preservar y transmitir la cultura gastronómica de nuestro país, en especial de nuestras semillas y los productos frescos de la milpa, pues constituyen una tradición ancestral y de gran valor nutrimental, a diferencia de los alimentos comerciales procesados.
La cocinera, junto con otras compañeras guardianas, señalaron que hasta el momento no han visto un beneficio palpable posterior a la declaratoria de la Cocina Mexicana como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Sin embargo, llamaron a que se implementen más espacios para la promoción de estos saberes y, así, cada vez más gente se acerque a conocer esta herencia.
En tanto, Daniel Sebastián Felipe, músico tradicional de la meseta purépecha de Michoacán, cuestionó la declaratoria de la Pirekua, canto tradicional de los purépechas, inscrita en el año 2010 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, al considerar que no hubo una consulta a los pueblos que la interpretan. “Han cambiado mucho las formas de estructura musical a partir de esta declaratoria. La pirekua no tiene que ser creada para el turismo, sino para las comunidades, es nuestra”.
Asimismo, el músico pireri Juan Zacarías Gómez, señaló que solo algunos músicos se han beneficiado de esta patrimonialización, comercializando con este canto. “Para mí la música es más que sonidos, es territorio y siento que esta declaratoria simboliza una especie de despojo. Pienso que las cosas se tienen que corregir”.
En el último conversatorio, Sol Rubín de la Borbolla, del Conservatorio de la Cultura Gastronómica Mexicana, habló acerca del trabajo de la sociedad organizada y su quehacer en la salvaguardia del PCI. Argumentó que muchas de estas instituciones u organismos internacionales son una especie de medidores, “pero son las comunidades quienes aseguran este patrimonio cultural”.
Ignacio Netzahualcóyotl Nava, artesano y artista, fundador del taller textil homónimo en Tlaxcala, aseguró que este espacio es una muestra de que es posible vivir de la artesanía, además de que es posible innovar en este campo preservando las técnicas y el valor cultural de las piezas.
Finalmente, Benigno Robles Reyes, volador huasteco de San Luis Potosí, narró los vericuetos que experimentó cuando fue en busca de apoyo a diversas instancias culturales para la preservación de la danza del volador en su comunidad. Llegó a la conclusión que esto solo es posible a través de un acuerdo mutuo y trabajo constante entre instituciones y comunidad.
Este ejercicio en el que las voces de los habitantes de las comunidades indígenas dialogan con especialistas en el tema, forma parte de los esfuerzos de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México por fortalecer acciones en favor de la construcción de un país más equitativo, inclusivo y de derechos humanos con los sectores históricamente más desfavorecidos de la población, con el objetivo de no dejar a nadie atrás.