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Universidad Del Delito

Por Alberto Woolrich Ortíz

Argonmexico/ Los centros de reclusión de la Ciudad de México integran una afamada “Universidad del Delito”, orientada, auspiciada, dirigida y controlada por un triste célebre rector, el Lic. Azael Ruiz, quien pese todas las características -innatas y adquiridas- que hubieran dado al tipo ideal acuñado por Lombroso y por otros afamados criminólogos, entre ellos su propio maestro, el Dr. Alfonso Quiroz Cuaron. Azael Ruiz no ha podido, sabido o querido erradicar la enorme corrupción   que impera en absolutamente todas las cárceles de la Ciudad de México: vejaciones y un total desprecio a los derechos humanos en contra de los familiares que van de visita a los centros de reclusión, escandaloso tráfico de enervantes y de alcohol, prostitución obligada a las mujeres presas y las millonarias y bien pagadas evasiones como la que se escenificó en días pasados de un extraditable socio de Joaquín Guzmán Loera que muestran de manera evidente, la falta de vigilancia técnica y la corrupción benefactora para algunos malos funcionarios.

Toda absolutamente toda la excelente labor penitenciaria de planificación y de penalogía, debido a la experiencia, el talento y honorabilidad deservidores públicos como Sergio García Ramírez e Irma García Andrade, lo ha echado por la borda el nefasto rector Azael Ruiz.

La Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México, A.C., se pregunta: ¿Qué personajes políticos protegen en forma tan decidida a tan contumaz y comprometido sujeto?, ¿Será la Jefa de Gobierno?, ¿Será la Fiscal General de Justicia?.

De ser así, estarían cometiendo un craso error.

De no ser ésta la verdad, se  impone que Claudia Sheinbaum y Ernestina Godoy ordenen de inmediato una exhaustiva indagatoria, como la  iniciada hace años por la fuga de Lecumberri de aquél narcotraficante Alberto Sicilia Falcón, en la que se exijan responsabilidades a los directamente beneficiados en tan graves anomalías de corrupción, pidiendo el cése y encarcelamiento del rector de la Universidad del Delito que en nada ha ayudado o servido para finiquitar las extorsiones telefónicas que padece México y la Cuarta Transformación.

El señor rector de tan prostituida universidad a diario violenta nuestra Constitución Política al no organizar –como debiera- el Sistema Penal de la Ciudad de México, sobre la base del trabajo y la educación como medios para Readaptación Social de los universitarios bajo su cuidado.

El contumaz violador de la ley en lugar de cumplir estrictamente con lo que ordena la norma, permite con su indiscutible incompetencia o lenidad, que en lugar de que las cárceles a su cargo sean ejemplos de orden, honestidad, y disciplina, como lo fueron en la época de García Ramírez y García Andrade.

Quien sostenga que no existe corrupción en las cárceles capitalinas miente y se convierte en defensor del rector de la Universidad del Delito.