Ortodoxia y crecimiento incluyente
Argonmexico / Arturo Herrera Gutiérrez, secretario de Hacienda y Crédito Público acudió puntual a la Cámara de Diputados el pasado 8 de septiembre a entregar el paquete económico 2020, el cual será analizado y debatido para su aprobación por el Congreso de la Unión a más tardar el 15 de noviembre.
El paquete económico para 2020 consta de la Iniciativa de Ley de Ingresos (ILIF), el Proyecto de Presupuesto de Egresos (PPEF), los Criterios Generales de Política Económica (CGPE), además de la iniciativa que reforma diversas disposiciones fiscales (Miscelánea Fiscal).
El paquete reafirma los objetivos del Gobierno Federal en torno a la estabilización de la deuda como porcentaje del PIB, manteniendo un enfoque ortodoxo de disciplina y prudencia fiscal en el manejo de las finanzas públicas a través de la obtención de un superávit primario, destacando que no se recurrirá a incrementar los impuestos. Asimismo, mantiene un enfoque de gasto social en la búsqueda del crecimiento incluyente.
Las principales variables ofrecen un 2020 con estabilidad financiera con un gasto público total de 6.56 billones de pesos, de los cuales 60 por ciento se destinará al pago de intereses, amortización de deuda, pensiones y gasto federalizado.
El crecimiento de la economía se espera bajo, pero con importante repunte en relación al 2019, entre 1.5 y 2 por ciento anual.
La inflación deberá mantenerse a la baja para ubicarse en 3 por ciento anual para el próximo año, con un tipo de cambio de 20 pesos por dólar y un precio promedio de barril de crudo en 49 dólares y una producción de casi 2 millones de barriles al día. Destaca el mantenimiento de superávit primario que, aunque sólo del 0.7 por ciento sobre el PIB, garantiza finanzas sanas y estabilidad económicas.
Con respecto al crecimiento puntual de 2.0% que se utiliza en las estimaciones de finanzas públicas para 2020, éste se encuentra por encima del estimado en los Pre-Criterios de 2020 y sigue siendo optimista tomando en cuenta un balance de riesgos en torno al crecimiento sesgado a la baja, además de un entorno económico internacional más incierto.
Para alcanzar estos niveles se necesitaría, sin duda, de una mayor certeza y claridad alrededor de las políticas públicas del Gobierno Federal que permitan la reactivación de la demanda interna, específicamente de la inversión privada, además de la recuperación de la minería, la construcción y el PIB petrolero.
En términos del precio promedio del barril de petróleo, las estimaciones de entre 49 y 52 dólares por barril son conservadoras y en línea con las expectativas del mercado, esto tomando en cuenta el escalamiento de las tensiones comerciales, la caída del comercio y la desaceleración económica mundial.
Para 2020 se asume que la producción de petróleo se incremente hasta 1. 9 millones de barriles diarios, lo que representa un repunte de casi 13% con respecto al cierre estimado de 2019 y 1.82% por encima de lo publicado en los Pre-Criterios. Sin lugar a duda, el repunte del PIB petrolero es uno de los principales ejes del actual Gobierno, tanto para lograr un mayor crecimiento económico como para el mantenimiento de sus metas fiscales.
El 31 deberá ser aprobada la Ley de Ingresos, tanto por diputados como senadores y a más tardar el 15 de noviembre la Cámara de Diputados deberá aprobar el PEF, ya incluidas las modificaciones que los legisladores consideren convenientes, una vez que hayan escuchado y avalado las peticiones de los representantes de los diversos sectores económicos y sociales. O sea, una vez que haya sido cabildeado el presupuesto.
De ahí que, como dijo el presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, el morenista Alfonso Ramírez Cuéllar, el gobierno no tiene la última palabra en la aprobación del paquete económico, en particular el gasto público.