Vacunas Fabricadas con Lechuga
El proyecto de investigación se lleva a cabo en la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Biotecnología (UPIBI), bajo la dirección del doctor Jesús Agustín Badillo Corona, quien señaló que hasta el momento los avances de la investigación se centran en el desarrollo de vacunas contra el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y Virus del Papiloma Humano (VPH).
El científico politécnico indicó que inicialmente utilizó la planta de tabaco para diseñar las vacunas, porque es de fácil manejo, crece muy rápido y produce muchas hojas de las que se obtiene mayor cantidad de cloroplastos, pero posteriormente la sustituyó por la lechuga porque el tabaco contiene sustancias tóxicas para el hombre, las cuales tienen que removerse al final del proceso, mientras que la lechuga es inocua para el ser humano.
Explicó que existen diferentes tipos de vacunas, las de primera generación utilizan los virus completos, pero para elaborar inmunizaciones de segunda generación (más actuales) únicamente se emplean fragmentos. “Las vacunas que desarrollamos en el Politécnico son de este tipo, para desarrollar la inmunización del VIH sólo empleamos el antígeno p24, mientras que para la del Virus del Papiloma Humano utilizamos las fracciones L1, E7 y E6”, puntualizó.
Refirió que el primer paso para elaborar las vacunas consiste en cultivar las semillas de lechuga bajo estrictas condiciones en el laboratorio y cuando las hojas del vegetal alcanzan el tamaño idóneo, se coloca el gen del virus en un vector para introducirlo con micropartículas de tungsteno u oro. “Para insertar el gen en el genoma de las hojas de lechuga utilizamos una pistola de bombardeo, con el propósito de que las partículas aceleradas a alta velocidad lleguen hasta los cloroplastos en la célula”, expuso.
El doctor Badillo Corona precisó que una vez que el gen del virus se encuentra en el interior de los cloroplastos, toman un fragmento de las hojas y las regeneran para obtener nuevas plantas completas, de las cuales se colectan semillas modificadas genéticamente.
Indicó que aunque la lechuga contenga la vacuna y se podría consumir directamente, es necesario estandarizar las dosis. “Por ello, pensamos en un proceso que consiste en deshidratar los vegetales para obtener la vacuna en polvo y posteriormente elaborar pastillas para administrarlas vía oral”, afirmó.
El especialista del IPN detalló que para el desarrollo del proyecto actualmente cuentan con el apoyo de los investigadores de la UPIBI, Claudio Garibay Orijel, Carmen Oliver Salvador, Cesar Jiménez Sierra y Juan Aranda Barradas, así como de especialistas del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), Unidad Irapuato, de la Universidad Autónoma de Coahuila, de la Universidad de Cambridge, Inglaterra y del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER).
“En la siguiente etapa del proyecto estableceremos colaboración con especialistas del área de inmunología, con el propósito de evaluar el efecto de las vacunas en modelos animales”, afirmó.
Sostuvo que como parte de esa misma línea de investigación, más adelante desarrollarán una vacuna a partir de la modificación genética de cloroplastos de alfalfa, la cual tendrá aplicación veterinaria.
Finalmente, el doctor Badillo Corona señaló que además de recibir financiamiento económico del IPN, la línea de investigación ha contado con el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT), e indicó que como producto de la investigación los alumnos de posgrado Luis Andrés Lara Martínez, Diana Hoil Ramos y Francisco Morales Godos, así como Marisol Guadalupe Figueroa, de licenciatura, desarrollan sus trabajos de titulación.