Políticos Abusivos
Que me digan una sola propuesta que verdaderamente solucione cualquiera de estas oprobiosas calamidades que diariamente sufrimos. No hay uno ahí en la cámara baja, ni entre los funcionarios de todos los rangos que me merezca el menor respeto, y sí existe alguno, no lo conozco. Sería una buena lección que pasarán por una angustiosa situación económica como la que dramatizan en su “promoción de cualidades” para que en realidad trabajaran comprometidos con la ciudadanía y el país.
La cereza del pastel de porquería, que el Gobierno Federal nos ofrece, es gravar las tristes jubilaciones con el ISR. Los bajos ingresos de los pensionados ahora se ven reducidos con un 16 por ciento, más el 1 por ciento en el IVA, por cada compra que realizan. Y en la Ciudad de México, súmele los incrementos a tenencia, predial, transporte. Era verdad que este impuesto era para los pobres; para acrecentar el número de ciudadanos a los que no les alcanza para vivir.
No se encuentra explicación racional, cuando TODOS los economistas nacionales e internacionales apuntan que es la última medida a tomar en el caso de las crisis económicas. Además, nunca nos explican qué carambas hacen con nuestro dinero. Pero eso esta a la vista. Ellos se la pasan muy a gusto, incrementando su nómina y gastos. Como ejemplo, tenemos a la Presidencia de la República, desde donde se nos pide aguantar. El señor aumenta sus gastos un 33 por ciento.
Eso de la transparencia ¿Para qué sirve?. Sí las veces que ahí se detectan anomalías, despilfarros, corruptelas, NO PASA NADA. Los autores de los “malos manejos” se quedan muy a gusto, riéndose de los que vociferamos, por semejantes burlas al contribuyente.
¿En que habrá acabado el dinero que encontraron en la casa del chino?. Más de 200 millones de dólares, más de los que le quitan a los narcotraficantes a cada rato, por aquí y por allá. Nos deberían dar una exacta explicación de la seguramente “honesta e inteligente” aplicación que le dan a esos recursos inesperados.
Nada cambia, nada mejora, muy al contrario vamos para atrás. Uy, pero cómo se entretienen, se ofenden, escandalizan, con el diputado del PRD Ariel Gómez León que llamo “negros abusivos” a los haitianos, pero a los mamarrachos que ofenden, gritan vituperan, vandalizan, ni la atención les llama.
Leo a Enrique Krauze quien en la conmemoración del Centenario de la Revolución, recuerda el ensayo “La Crisis de México”, en el que Daniel Cosío Villegas hace una condena implacable a la Revolución Mexicana, debido a cinco fracasos: Democracia, Reforma agraria, Movimiento obrero, Nacionalismo y Educación. Y no me queda más que apenarme ante la certeza de que 100 años después continuamos sin avanzar en estos mismos rubros. ¿Le suena familiar el problema del campo?. ¿El maridaje entre el gobierno y los sindicatos?. ¿La mediocridad educativa?. Esto, obviamente, deviene en una raquítico avance, que hace pésimos ciudadanos y por lo visto pésimos demócratas.
Ya vimos que la Revolución no nos hizo justicia, la democracia tampoco, y yo con los revolucionarios democráticos –PRD- no he visto más que puros desaciertos catastróficos. Los verdes, los naranjas y los otros, están buenos para el negocio. Mientras nosotros nada más “palmamos” y a cambio no nos perdonan ni la burla, pero repito y repetiré, en nuestras manos, razón, voluntad, voces, coraje, está el cambio.
Otro sainete se lo traen con las alianzas, que si son engendros, que si son antagónicos, que si el agua y el aceite. ¡MIREN QUIEN HABLA!. La peor parte de esas coaliciones son los candidatos, en su mayoría expriistas venidos a menos, o más. Se unen “por así convenir a sus intereses”, ¡Ojo!, a sus intereses, pero personales.
Si el peligro es perder el pastel completo, es mejor compartirlo que nada. A la hora de la conveniencia, todos son lo mismo, una gran porquería. El PAN y el PRD ya se han coludido anteriormente, y el PRI lo hace con lo otros, incluyendo Elba Esther Gordillo. Sería maravilloso que se unieran para optimizar los gobiernos, presupuestos manejados eficiente y honradamente, socialmente productivos, altamente educativos, del partido que fuera, con el nombre que fuera. La parte más triste en esas coaliciones, es que no tienen un proyecto. Conciliar diferencias en un dialogo inteligente, fortalecería la democracia. Pero eso es pedir un imposible; ni entre iguales logran algo plausible.