Invictus, lo último de Clint Eastwood
La visión del director estadounidense sobre Mandela, resulta un tanto parcial, es decir, la de un cineasta emocionado por el personaje que describe, un Eastwood muy idealista en su planteamiento, pero que deja su firma a lo largo del filme. A caso un tanto tímida, pues la parte de la película en la que se habla de los tiempos complicados de Sudáfrica, se queda corta en elementos para podernos crear una idea de lo intenso de lo conflictos sociales.
El argumento nos habla de los primeros años de la abolición del Apartheid, tras la salida de Nelson Mandela de prisión y su ingreso a la presidencia de Sudáfrica. Ahí, se fija la meta de hacer de los “Springboks”, el equipo negro de Rugby, comandado por Francois Peinar, se conviertan en los campeones mundiales.
Con lo que nos puede narrar “Invictus”, terminamos amando a Nelson Mandela y todo lo que le rodea, aunque algunos esperábamos más, mucho más, debido a que quizá por el tiempo, se limita a ser tan concreta que nos deja esperando eso que hace de una película buena, un filme excelente.
En lo que a las actuaciones se refiere, el trabajo de Morga Freeman y Matt Damon, les han valido nominaciones a los Oscar de este año, al primero como Mejor Actor y al segundo como Mejor Actor Secundario, por lo que resulta un deleite verlos aparecer en pantalla.
La fotografía de Tom Stern, cinefotógrafo favorito de Clint Eastwood (Gran Torino, Cartas desde Iwo Jima, Millon Dollar Baby) es muy interesante y a la par del Montaje hecho por Joel Cox y Gary D. Roach, le dan un carácter de seriedad, dinamismo y fuerza a la cinta.
Es pues una película sumamente recomendable, que lo hará salir de la sala con una gran sonrisa en los labios y lleno del optimismo que irradia el largometraje a lo largo de sus más de dos horas de duración.
Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias: [email protected]