Devaneos (Ma. Elena Maldonado)

Tristes Argumentos

Devaneosargonmexico.com / Ahora que finalmente el Presidente pone sobre la mesa de propuestas la disminución de los diputados, así como la reelección; los “políticos” argumentan que esos cambios no son positivos. Sobre la reelección, aducen que es un logro histórico haberla eliminado; por supuesto que hacer mal uso de está opción sería un retroceso.

Permitir que se reeligiera una de esas cosas horrorosas que pululan en las filas de los partidos políticos, ni Dios lo quiera; pero que un presidente municipal, un diputado: ético, talentoso, comprometido con la ciudadanía, hiciera una carrera en esa área como la hizo en el Congreso de Estados Unidos Edward Kennedy, les daría continuidad a los proyectos, no los postergarían para que los siguientes se hicieran cargo.
En esto, lo preocupante es que la ciudadanía no se informe de los antecedentes. Que vote “por votar” a lo güey, como tantos votan, tantas veces. Y repetiré que la culpa total de los pésimos gobernantes que tenemos es nuestra. Sí nosotros fuéramos chicos listos y no nos dejáramos ver la cara de… dejémoslo en ¡babosos! Otro gallo nos cantaría, uno de verdad.
Empezarían por ofrecernos candidatos con calidad, no el mugrero que está ocupando casi todos los puestos de gobierno, y que fue votado por nosotros.
Me llevé otra sorpresita cuando leí que también opinan: sería un error reducir el número de los congresistas. Está por demás decir que los partidos desean más puestos para colocar a sus correligionarios. ¿Quién los va a mantener? si no los contribuyentes.
Pero los argumentos para este tema son simplones: unos dicen que perderemos representatividad. Yo niego que la tengamos, además, todos votan en grupo borreguero, lo que les diga su partido, o el partido al cual se adjuntan para sobrevivir; o su dirigente; o los que los cabildean y les dan muchos obsequios. A nosotros qué más, o qué menos nos da, que sean 500 ó 250 los que digan que sí, que no, que quien sabe.
Pero, definitivamente, serían menos haraganes qué mantener.
Y sí algún día estamos realmente representados por “gente como uno”, tampoco es importante el número, si el talento, sobre todo, la lealtad, la dignidad, el compromiso, con el que se debe ejercer un trabajo en el que se pone en juego el bienestar de cada uno de los ciudadanos de su estado o su país.
Lueguito tenemos otro “muy profundo argumento” de Dulce María Sauri, la señora opina que disminuiría considerablemente la presencia femenina. Esto no sucedería señora Sauri sí los partidos políticos respetaran los procedimientos del Cofipe, en los que el artículo 219 dice que 40 por ciento es el porcentaje mínimo para candidaturas del mismo género (léase mujeres) de cada cinco candidatos, dos –al menos- deberán ser de distinto género.
Aunque la propia disposición contiene una salvedad, ya que quedan exceptuadas las candidaturas de mayoría relativa que sean resultado de un proceso de elección democrática, conforme a los estatutos de cada partido. Esto ya es darle el gane a los hombres, situación que urge modificar. Ahí es donde estas señoras deben protestar.
La otra, propiciada por ellas, casi el 10 por ciento de las diputadas electas de algunos partidos –PRI, PRD, VERDE, PT- “las juanitas” solicitaron licencia por tiempo indefinido, para dejarles la curul a suplentes hombres. Entonces para qué desgarrarnos las vestiduras, si algunas mujeres tienen semejantes comportamientos.
Sería plausible la equidad de género en las Cámaras, pero aquí está demostrado que primero debemos cambiar las reglas y, posteriormente, abrirle las puertas a mujeres con principios y finales, que no le jueguen el numerito a “otros”, y traicionen su palabra, su género, a sus votantes y su país. De ésas no queremos. Hasta pena ajena dan.
No hay argumentos, para no reducir el número de integrantes de las dos Cámaras del Congreso: serían 100 diputados, y 32 senadores menos. Réstenle al presupuesto sus sueldos, sus bonos, sus aguinaldos, que este año fueron de más de 300 mil pesos; sus asesores, sus dietas; por supuesto que podemos usar mejor esos recursos.
Por ejemplo: medicinas para el Seguro Social, el ISSSTE, el seguro popular; baños para las escuelas; albergues para los indigentes. Tengo aquí una larga lista de necesidades por cubrir. Si nos dejaran manejar el presupuesto, reduciría la nómina del gobierno, y no provocaríamos ningún problema, sino todo lo contrario.
Estoy consciente que es fácil opinar y, a veces, muy complicado realizar; pero con inteligencia, valor y muchas ganas, se puede llevar a buen fin cualquier proyecto. Obviamente, habrá piedritas y murallas, pues se dañan tantos intereses personales en los caminos al progreso, que nada es fácil. Pero tampoco imposible. Sólo tenemos que recordar los grandes cambios pacíficos que se han dado en la historia del mundo.
En otro tema, me enteré que fueron rescatados de una dolorosa muerte –electrocutados- por integrantes del refugio para animales San Francisco varios perros que se empleaban para el rescate de personas perdidas, y se les busca un hogar donde puedan vivir, pero si usted no puede o no quiere, puede ayudar con un donativo.
Bonita forma de tratar a estos amigos del hombre; me informan que “no los duermen” mediante una inyección, pues es muy raro –sin comentarios-; además, aún les queda mucho cariño para dar. He aquí otra forma de gastarse ese dinero que desperdician tontamente.
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