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Va a Aguascalientes ‘Excelencia Charra’, máxima competencia mundial de este deporte

Por Juan M. Osorio

Argonmexico / La capital de Aguascalientes por primera vez en su historia será sede de la segunda etapa eliminatoria en el Torneo de los Campeones del máximo evento en su clase: Excelencia Charra en su versión 2023. Todo un manjar para los amantes de este deporte eminentemente mexicano, que tendrá verificativo en el majestuoso marco del Lienzo Charro Arena San Marcos entre el 15 y el 18 de junio.

La primera etapa de este torneo se realizó en Huichapan, Hidalgo, compitieron 34 escuadrones y al final prevalecieron RG2 de San Luis Potosí, Tres Regalos de Quintana Roo y Rancho El Diamante, de Jalisco. Se verá si los numerosos equipos de Hidalgo, que suman 10, o los otros cuatro de Jalisco logran destacar en la segunda etapa en Aguascalientes.

El Lienzo Charro Arena San Marcos iniciará el jueves 15 a las 9:00 con un caladero de excelencia, y a las 5:00 de la tarde competirá Rancho Las 3M’s; Valle de Saltillo y Rancho El Diamante, para dar paso a las 8:00 de la noche a RG2, Charros del Perrón y Villa Querétaro. Para el viernes 16, sábado 17 y domingo 18 se enfrentarán tres series de tres grupos cada una. Están confirmados 33 escuadrones, que harán vibrar a los amantes del más mexicano de los deportes, la charrería.

Los triunfadores seguirán sumando puntos y avanzando hacia las fases definitivas. Aguascalientes se verán muchas de las más importantes suertes de la fiesta charra, y cada una merece una puntuación.

Las escuadras escogen a sus mejores exponentes para cada categoría. Ahí está, por ejemplo, la de “cala de caballo”, donde se descubre la buena rienda y educación del equino en cuanto a su andadura, galope, brío, carrera, mansedumbre y otras virtudes. Hay vertiginosas carreras y abruptas frenadas –punta– con las que rayan las patas en la arena, los elegantes “lados”, donde el caballo gira a una pata, o la larga caminata hacia atrás.

“Los piales”, por su parte, es una suerte compleja para el charro que tiene que demostrar sus habilidades con la reata para atar de las patas traseras a yeguas que van a todo correr para hacerle disminuir la velocidad, lo que implica ayudarse de la cabeza de la montura de donde se atora la reata. Es muy vistoso por el humo que emerge debido a la fricción de la cuerda, pero el jinete debe tener gran cuidado de no volarse los dedos en el intento.

Asimismo, con “el coleadero”, los charros demuestran técnica en su montura, fuerza y precisión, pues se trata de derribar a un novillo que corre despavorido, sujetándolo de la cola y haciendo que pierda el equilibrio. Eso sí, antes de derribar al bovino el vaquero mexicano le pachonea el lomo, es decir le dan unas palmaditas para que la suerte sea completada.

En la suerte de “la terna”, tres charros a caballo se involucran para, con tiempo medido, en primera instancia uno de ellos se luzca y haga filigranas diversas con el lazo para después lanzarlo hacia la cabeza de un toro (lazo cabecero), a fin de que otro vaquero culmine con un remate y jalón de las patas traseras con otro lazo para inmovilizar al astado durante unos segundos.

Con “las manganas” hay que lazar las manos –patas delanteras– de la yegua o caballo cuando este pasa disparado debido a la persecución los charros arreadores. Los lanzadores, que antes de disparar se suelen lucir con vistosas filigranas, se pueden tirar manganas a pie –todo un espectáculo ver a los charros dejándose arrastrar luego de lazar al animal– o a caballo. Esta suerte precisa del equipo conformado por el manganeador y a menos dos arreadores.

En el “jineteo de yeguas”, como en el de toros, el charro que monta debe mantenerse por cuatro minutos, desde que sale del cajón, en el lomo de una yegua cerril hasta que ésta deje de reparar. Y finalmente, el “paso de la muerte” no se llama así por pura casualidad. Su peligro es quizá el mayor de las suertes charras. Se trata de que un jinete que monta a pelo su caballo entrenado, corra a toda velocidad paralelamente con una yegua que sale del cajón y a la que hay que pasar a jinetear sin detener la carrera. El charro, como si estuviera en el campo, sólo tiene para las crines para de su caballo y de la yegua para sostenerse.

Todas esas suertes podrán ser presenciadas con toda comodidad en una ciudad que ofrece una gran conectividad terrestre y aérea, con hoteles de todas las categorías en los alrededores de la Arena San Marcos y una seguridad pública garantizada. Otra razón más para que los charros y los asistentes a la excelencia deportiva exclamen: ¡Viva Aguascalientes!