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Así no

  • Ya a cualquier callejón le llaman Reforma. Florestán

argonmexico.com / Ayer al mediodía, como todos los días desde el 3 de mayo de 1994, comencé mi programa en Radio Fórmula, pero por primera vez en ese correr de más de 15 años, lo tuve que terminar, abruptamente, antes de tiempo.

Compañeros reporteros que cubren la Cámara de Diputados, donde se encontraba Martín Esparza, me habían prevenido de una visita del SME, que pensé sería como otras tantas a lo largo de tantos años.

 

Por eso, a la una y media de la tarde en punto, inicié la transmisión en el momento en que me avisaban del arribo de contingentes del sindicato que querían dar su versión del caso Luz y Fuerza.

 

Debo decir que en la semana previa a la extinción de la empresa, el pasado día 10, Esparza estuvo en el programa tres días seguidos, lunes, martes y miércoles, el jueves de la marcha no me pudo contestar y el viernes del debate al que convocó él mismo a su opositor electoral, Alejandro Muñoz, nos plantó a todos.

En su desesperación me calumnió, respondiéndole que entendía los días difíciles que estaba pasando, pero que su problema no era conmigo, que yo no tenía ninguno con él y menos personal.

Pero por lo visto, y ahora documentado, él sí lo tenía, y lo tiene, conmigo, como lo demuestra desde su reiterada impostura, ¡él!, que habla de linchamientos.

Cuando en San Lázaro una compañera le preguntó sobre la presión en Radio Fórmula, se desentendió y dijo que ejercían su derecho a manifestarse, ignorando el derecho a la libre expresión de los demás.

Conforme pasaban los minutos, en la calle aumentaba el número de manifestantes y el tono de la protesta. Para esa hora ya había elementos de las policías Federal y del Distrito Federal para resguardar las instalaciones.

Los manifestantes formaron una comisión que exigió entrar al aire para dar su posición, imposición que fue rechazada.

Para esa hora, otro grupo de integrantes del SME, encabezados por el mismo Esparza, se habían instalado en las galerías de la Cámara de Diputados, donde se escenificaba otro escándalo a cargo de la bancada del PT, suspendiendo la comparecencia del secretario del Trabajo, Javier Lozano.

A las puertas de las instalaciones de Radio Fórmula, y en su interior, el clima se tensaba, por lo que decidí sacar el programa del aire, por primera vez en 15 años, al encontrar que no estaban dadas las condiciones de seguridad para mis compañeros de Radio Fórmula y para las mismas instalaciones, además de que mientras estuviera al aire estaba abierta la tentación para que irrumpieran en la transmisión.

Por eso a las tres de la tarde hice el anuncio.

¿Que cedí a la presión?

Puede ser, pero no a la intimidación violenta que ponía en riesgo la integridad de mis compañeros de trabajo y de las instalaciones de Radio Fórmula.

Y por eso.

Además de que así, así no.

Nos vemos el martes, pero en privado.

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