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La Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, da un Mensaje en  la Ceremonia por el 51 Aniversario de la Masacre en Tlatelolco.

Por Jaime Arizmendi
Argonmexico /Antes de iniciar el mensaje pediría que nos pusiéramos de pie y tomáramos un minuto de silencio por los caídos en esta plaza, por los caídos en la lucha por la democracia y las libertades de nuestro país, y por aquellos que en el camino nos han ido dejando.
2 de octubre, no se olvida. Para mí es una combinación el día hoy estar aquí en Tlatelolco, y digo una combinación porque se atraviesa mi vida personal, con la vida desde que tengo uso de razón, de luchar por la justicia y por las libertades y la democracia en nuestro país.
Yo nací en 1962, tenía seis años cuando el movimiento estudiantil de 1968, mi madre fue partícipe del movimiento estudiantil como profesora de la Escuela de Ciencias Biológicas del Politécnico y yo crecí a un lado de Félix Gamundi, de Raúl Álvarez Garín, de Salvador Martínez de la Rocca, el Pino y de muchos otros dirigentes del movimiento estudiantil del 68.
 Me tocó con ocho añitos de edad ir a Lecumberri a visitarlos muchas veces los domingos, acompañando a mi madre quien nos enseñó con esas visitas lo que significaba la injusticia, la falta de democracia, la represión, y eso nos marcó a lo largo de nuestras vidas.
El día de hoy estamos conmemorando un crimen de estado, una masacre a jóvenes estudiantes que luchaban por la libertad y la justicia. Yo quisiera recordar el pliego petitorio de los estudiantes del Consejo General de Huelga, de los estudiantes del 68; Presos políticos libertad; desaparición de los artículos 145 y 145 bis del Código Penal que tipificaban la disolución social; la desaparición del cuerpo de granaderos, por ser un cuerpo represor de los movimientos sociales; la destitución de mandos policiacos; la indemnización de víctimas de los actos represivos; el deslinde de responsabilidades y el diálogo público.
Recordando este pliego petitorio es que el día que tomé posesión como Jefa de Gobierno, tomé la decisión de desaparecer el cuerpo de granaderos de la Policía de la Ciudad de México. Porque esta manera en que crecimos, en que nos hicimos personas, en que nos hicimos adultos, nos formó, nos marcó en la idea de la lucha por la libertad, por la democracia y jamás utilizar las fuerzas del Estado para reprimir los movimientos sociales, los movimientos democráticos y menos los movimientos estudiantiles.
Esta cruenta represión de 1968 que después perduró en otras décadas, de un estado autoritario que no sólo instruyó, sino que después reivindicó la masacre de los estudiantes en el 2 de octubre de 1968 no existe más.
En cualquier lugar donde hemos estado, hemos luchado por la democracia, por la libertad, seguimos luchando y creemos en la justicia, en la libertad y en la democracia. Nos inspiraron y nos van a seguir inspirando siempre los jóvenes que lucharon por la libertad con justicia, con dignidad, por la libertad de nuestro país, por la democracia en nuestro país, por la justicia en nuestro país.
Desde cualquier trinchera en donde estemos y hoy desde la Jefatura de Gobierno nos inspiran, nos siguen inspirando y seguimos luchando y lo vamos a hacer así por la democracia, por la libertad, por la no represión, con responsabilidad y siempre buscando la justicia en nuestro país, eso es lo que nos inspiraron los jóvenes del 68, nos siguen inspirando y en eso seguimos creyendo y por eso seguimos luchando. Y por eso decimos ¡2 de octubre no se olvida, es de lucha combativa!
Muchas gracias.
Muy buenos días a todas y a todos, buenos días a la Jefa de Gobierno. Muchas gracias a todos quienes forman el presídium, gracias a todos los asistentes, gracias por invitarme a este evento.
Comentábamos con la Jefa de Gobierno mientras caminábamos por aquí, estar aquí en esta Plaza estremece, a mí me estremece, me estremece el recuerdo, me estremece la memoria ver este balcón del tercer piso.
Se me reproduce una imagen que es esta Plaza llena de jóvenes, llena de familias, de niños, de adultos, de gente de todas las edades. Mirar desde allá arriba cuando por este puente, por este andador, vienen entrando los obreros ferrocarrileros seguidos de trabajadores petroleros, que venían a incorporarse al evento de aquel, precisamente miércoles 2 de octubre, de hace 51 años.
Estremece pensar lo que ha ocurrido en México después de 1968, pensar de qué manera aquella generación y todos los mexicanos y las generaciones futuras, fuimos aprendiendo una nueva manera de hacer política.
Cómo olvidar la diversidad de movimientos políticos y sociales surgidos en los setentas después del movimiento de 1968, donde siempre trataba todo mundo de recordar 68, más allá del tema de la represión y del tema de la masacre, cómo había sido la experiencia política de cada quien.
Es una memoria, recrear esa memoria es estimulante también, aparte de sentirme estremecido en este lugar y reconociendo que este evento se da en el contexto de un México distinto. Y hoy tenemos que pensar en eso porque tenemos muchas tareas pendientes con todo este camino recorrido, la justicia está pendiente.
Hoy la juventud mexicana se mueve alrededor también de nuevos retos y de nuevas demandas, pero hay una que permanece que es la demanda por la justicia y la demanda por la democracia, por la libertad y por la igualdad, y ese es el gran sueño de 68.
Hoy tenemos la tarea urgente todos de construir un nuevo México a partir de un nuevo modelo educativo, de un nuevo modelo de gobierno, de una nueva manera de caminar por las calles y una nueva manera de relacionarnos con nuestros congéneres, con nuestros amigos, nuestros vecinos, nuestras familias y nuestra gente en todos lados.
Cuando pienso en 68 pienso en ello, no puedo dejar de pensar en los compañeros perdidos en esta Plaza, no puedo dejar de pensar que desde allá arriba, ahí donde ahora hemos izado la bandera, hay miradas de jóvenes esperanzados porque estábamos en ese momento comenzando informar que esa mañana, aparentemente, se estaba comenzando a abrir el camino para el diálogo público que era la demanda central de esos días para poder avanzar en la resolución del pliego petitorio de seis puntos, que no es otra cosa más que un compendio de demandas hacia la libertad, la justicia y la democracia por un México mejor.
A lo mejor muchas cosas no las pensábamos así, pero analizado a la distancia eso es el pliego petitorio, es un pliego que enarbolaba los anhelos del pueblo mexicano por vivir en libertad, por vivir con justicia, por vivir con dignidad. Ese es el camino en el que hoy estamos y que tenemos la oportunidad y tenemos la necesidad de construir.
Yo reconozco a la Jefatura de Gobierno que se realice este evento y es altamente significativo porque en los últimos días han surcado el espacio aires de tormenta y no los queremos.
Desde el Comité 68, nosotros reconocemos que hay demandas diversas de todo mundo, pero invitamos a todos aquellos que tengan algo que expresar esta tarde, en la marcha que saldrá de aquí a las 4 de la tarde para ir al Zócalo de la Ciudad de México, que si deciden venir a la marcha lo hagan en el tono en que ésta está convocada, que es de manera pacífica como nos hemos manifestado siempre, y no con ello dejamos de reconocer la justeza de muchos jóvenes que a veces no encuentran cómo manifestarse.
Alguno de ellos una vez, nos dijo a Raúl Álvarez Garín y a mí, cuando les cuestionábamos, ¿por qué pasa esto? un muchacho nos dijo –es que ustedes tienen que entender que cuando todo está perdido, solo nos queda molestar.
Yo digo, hay muchas cosas más que hacer más allá de eso, hay que sumarnos a esta lucha, hay que sumarnos a las demandas del pueblo mexicano y hagámoslo pacíficamente porque todo mundo tiene un lugar, y todo mundo debe ocupar ese lugar siempre que tenga una demanda que pueda respaldar de manera honorable con dignidad y reconociendo el derecho de los demás a la libertad y a manifestarse pacíficamente.