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A la Víbora de la Mar

Por Odilón García

Argonmexico / TIJUANA, B.C.- Este tema es muy extenso, abarca desde los asesinatos de periodistas en México tras el ejercicio de la libre expresión, pasando por las denuncias públicas de comunicadores contra el sistema hasta el propio ejercicio de la libertad de expresión por parte del presidente de México quien recientemente envió una carta a Blanca Lilia Ibarra Cadena, Comisionada presidenta del Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información y Protección de Datos Personales.

COLMILLOS. Es de todos conocido que quienes vivimos en México tenemos el derecho a expresarnos con libertad, por el simple hecho de ser seres humanos.

La Convención Americana de Derechos Humanos (también llamado Pacto de San José de Costa Rica) es un tratado internacional que prevé la defensa de estos derechos y libertades, para que sean respetados por los Estados que firmaron este documento (México es uno de ellos).

En la Gaceta del Senado de la República del martes 8 de septiembre del 2020, se avanzó en la definición de este derecho por parte de la senadora morenista María Soledad Luévano Cantú, en torno al Proyecto de Decreto por el que se crearía la “Ley Nacional por la Libertad de Prensa”:

– “La libertad de expresión es el derecho que se tiene a pensar y compartir con otras personas las ideas, reflexiones y opiniones; es decir, el derecho a razonar y dar a conocer lo que pienso y lo que conozco. Este derecho incluye también la libertad de buscar, recibir y difundir ideas, opiniones e informaciones, por cualquier medio y con personas de cualquier otro país. Nadie tiene el derecho de prohibir o limitar la libertad de expresión. (Artículos 6º y 7º constitucionales; y artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos).”

ESCAMAS. Pero, qué es la ¿Expresión? y ¿qué implica Libertad? De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española “expresión” es el efecto de manifestar con palabras, miradas o gestos lo que se quiere dar a entender”. Habría que diferenciar la Libertad Periodística de Expresión para no confundirla con la de todo ser humano.

Y lo digo porque actualmente decir una palabrota, difamar o incluso mentir, es “expresarse” ya que la libertad de expresión, no tiene límites. Aunque usted no lo crea, un malandrín, desinformador, como lo hemos tenido en Baja California, puede ante un juez argumentar que está haciendo uso de su «libre expresión» y muchos jueces se lo dan por bueno.

Diferenciar entre el trabajo profesional de un periodista y un “expresante” (yo cambiaría el término) es la clave de tanta controversia. Porque resulta que medio mundo (incluso aquellos que sirven a intereses criminales) se sienten comunicadores, informadores y hasta periodistas. Esto ha vulnerado la profesión periodística nacional.

La libertad de expresión no debe tener límite, excepto faltar a la verdad, difamar, sin pruebas y agredir intencionalmente con un fin económico, político o bien por encargo de criminales.

Vea usted esta definición, en un acercamiento minucioso al tema:

– «La libertad de expresión no sólo protege el derecho a difundir ideas y conocimientos, permite también buscar y recibir información verdadera y de diferentes medios. Esta libertad se traduce en la facultad de leer periódicos y revistas, escuchar la radio, asistir y participar en debates públicos, ver programas de televisión y navegar en la Internet. (Artículos 6º y 7º de la Constitución Mexicana; y artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos)».

Pero la Constitución restringe tal derecho que no es sin freno. El Artículo 6to. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos dice a la letra:

– «Artículo 6to. La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoque algún delito, o perturbe el orden público…»

¿Qué es la moral? Este es el conjunto de costumbres y normas que se consideran buenas para dirigir o juzgar el comportamiento de las personas en una comunidad.

Y ¿Cuándo nos hemos puesto de acuerdo en cuáles son esas costumbres y normas a lo largo de todo el territorio nacional?

Más aún, hoy se transgrede la vida privada y no hay castigo para el «expresante«, El bullying está a la orden del día en redes y más aún publicaciones de personas muertas, calcinados que perturban la psique humana, son perfectamente aceptadas en páginas especializadas denominadas «del narco».

Esta es la razón por la que un periodista que se sujeta al rigor de ser objetivo, basar sus dichos en hechos o testigos, buscar información profesional, contrasta con quien, a calzón quitado, sube, con un telefonito hechos que no se someten a la Constitución y las restricciones que están establecidas por la moral, el respeto a la vida privada, como si se tratase de letra muerta para las autoridades.

Un periodista se debe cuidar como pueda y buscar cobijo en sus colegas, sólo porque el Estado mexicano incumple con la Constitución, pues en el mismo artículo 6to. el Estado está obligado a garantizar «el derecho a la información».

¿Y si el Estado no garantiza este derecho a la información… qué pasa?… Entonces tenemos la vida de los periodistas en México.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos dio a conocer que:

– «Muchos periodistas son víctimas de amenazas, agresiones y asesinatos por exponer la verdad. Según datos de la ONU, entre 2006 y 2020, más de mil 200 periodistas fueron asesinados en el mundo por cumplir con su función de informar a la gente. El 90 por ciento de esos hechos quedaron impunes. A ese número se le suman los casos de detenciones, desapariciones y torturas.

Se han lanzado campañas contra la violencia y agresión contra periodistas, pero no han tenido contundencia para terminar con la violencia claramente dirigida contra quien se expresa profesionalmente en México.

#PeriodismoEnRiesgo