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Devaneos

*46 Festival Cervantino

Por María Elena Maldonado

Argonmexico / Lo llaman “La Fiesta del Espíritu” y es real que el verdadero arte es aquello que nos acerca a la belleza, toca nuestra alma y nos eleva a un nivel superior, nos ofrece momentos de plenitud, de excitación. No tiene que ser solemne, también es sensual, dramático, divertido y risueño, ¡Una celebración! Espero que usted haya experimentado algo así, quizá más allá, quizá más acá.

Para mí la música, es donde encuentro fácilmente esta sensación; claro que los musicales, la danza, ofrecen un espectáculo más completo, abarca todos los sentidos, la piel también participa en estos goces, incluso el olfato y el gusto participan en este estado, ya ven que las situaciones agradables siempre dejan un buen sabor de boca y esperemos que siempre haya un abundante aíre fresco en los recintos en donde se presentan estos eventos.

La literatura tiene lo suyo, especialmente la poesía -la parte más sensible de la escritura- proyecta el amor, el placer, la ternura, todas las emociones y las expresa a través de la palabra que obviamente tienen efectos en nuestro interior. Por otro lado enemos las Artes plásticas – la pintura, la escultura, el dibujo, la arquitectura, el grabado, la cerámica, la orfebrería, la artesanía, la pintura mural, incluida la fotografía y la rama más joven que es el cine, todos ellos también pueden conmovernos y provocar a través de cualquier objeto, líneas, figura, expresión, combinación de colores, simples reflexiones que atrapan un instante, una historia, una forma y la exponen al otro, a los otros. Ya nosotros diremos si esas expresiones alteraron nuestra conciencia, si valieron el tiempo que ocupamos en su apreciación.

Haciendo un poco de historia, el primer Festival Internacional Cervantino se realizó del 29 de septiembre al 28 de octubre de 1972 en la ciudad de Guanajuato.

Este festejo cultural fue llamado así en honor al escritor Miguel Cervantes Saavedra y tuvo sus primeras manifestaciones en 1953 cuando Enrique Ruelas, profesor del Teatro Universitario de

Guanajuato inicio un espectáculo titulado Los Entremeses de Miguel de Cervantes Saavedra. En

1972, fundó el Coloquio Cervantino, simposio que se realizó entre junio y septiembre como extensión de la actividad teatral dedicada al autor de El Quijote.

Este año el Festival tiene como invitado de honor a la India, país con más de un centenar de grupos étnicos. Los idiomas, danzas, música, arquitectura, gastronomía, y costumbres son muy diversos y varían según la región de que se trate. Su cultura es una amalgama de muchas diversas subculturas y tradiciones que se remontan a varios milenios.

Como dice el prólogo en el suplemento del periódico Reforma sobre el Cervantino, quizá el puente cultural más sólido entre México y la India sea Octavio Paz quien estuvo seis años como

Embajador en Delhi, de esa estancia se inspiraron varias publicaciones de nuestro premio Nobel.

Por ello se creó un proyecto binacional, un espectáculo multidisciplinario dirigido por José Luis Cruz,

“Vislumbres”, a partir, claro, del libro: Vislumbres de la India, en él confluirán danza, literatura, música y canto. Así la lejanía entre los dos países, se acorta, al menos por 19 días, cuando la diplomacia artística de la nación asiática invada Guanajuato.

Aguascalientes, es el Estado invitado, su programa incluye un total de 28 presentaciones, conformadas por dos exposiciones, nueve propuestas musicales, tres montajes teatrales, tres obras cinematográficas, cuatro presentaciones editoriales y dos espectáculos multidisciplinarios que integran tecnologías audiovisuales, y que suman la participación de más de 300 artistas hidrocálidos. Se entremezcla con decenas de propuestas de diversos países, como un concierto de Los Angeles Master Chorale, dirigido por Peter Sellars, o un espectáculo del director quebequense Robert Lepage, Slâv.

También destacan las presentaciones de la soprano estadounidense Nadine Sierra, del coreógrafo japonés Hiroaki Umeda, de Les Ballets de Montecarlo y de los teatros de Marionetas de

Salzburgo, así como Mladinsko y Maribor de Eslovenia

En el Festival Cervantino se reúnen un cúmulo de artistas de todos los colores, tamaños, especialidades; los serios, los locos, los clásicos, los innovadores, los que han estudiado por años, los autodidactas, los que no fueron invitados pero tienen la calle como escenario, los improvisados, los que pocos entienden, los populares. El público también es parte del espectáculo, va de todo y se acomodan con sus cada cuales o tienen atrevimientos disfrutables en los que sólo al ladito encuentran algo que los asombra, que repelen, que los divierte, los enamora. Para todos hay algo, alguien que los hará revolucionar ahí adentro, en su espíritu que para eso es la fiesta.

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