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“El Torito”, Lugar de Arresto de Pobres

Por Jaime Arizmendi

Argonmexico / Inaugurado el 28 de octubre de 1958 por el Presidente Adolfo Ruiz Cortines y el entonces Jefe del Departamento del Distrito Federal, Ernesto P. Uruchurtu, el Centro de Sanciones Administrativas y de Integración Social, fue construido en un terreno que ocupaba “El Rastro” de la zona norponiente de la Ciudad de México; por lo cual le impusieron el mote de “El Torito”.

Debido a su cercanía con el mercado de la Colonia Huichapan, también algunos lo conocen como “El Piojito”, aunque sobresale el primer mote. En este Centro, único en su especie en la CDMX, se ubica en Aquiles Serdán y Lago Gascasónica s/n, Colonia San Diego Ocoyoacac, Delegación Miguel Hidalgo. Ocupa una superficie de 1,730 m2; y tiene capacidad de albergar a 124 “arrestados”: 72 en el área de hombres, 52 en la de mujeres.

El objetivo central para crear este Centro de Sanciones Administrativas fue dar cumplimiento a las disposiciones legales y de autoridades competentes, para “salvaguardar los principios procedimentales que aseguren la Administración de la Justicia”; así como el otorgar un “trato adecuado” a los “arrestados”, durante su estancia en este lugar.

Las principales causas de ingreso son: Ingerir bebidas alcohólicas en lugares públicos no autorizados, por infringir el artículo 31 del Reglamento de tránsito metropolitano (alcoholímetro); Impedir o estorbar de cualquier forma el uso de la vía pública, el libre tránsito o de acción de las personas, siempre que no exista permiso ni causa justificada, etcétera, como por desacato a un mandato judicial.

De acuerdo a la página web oficial: debido a que los “arrestados” solo permanecen máximo 36 horas en esta Institución, no es posible aplicar un tratamiento de reinserción social; pero sí se les brinda asistencia y atención, a través de las diversas áreas: Médica, Trabajo Social, Psicología y Pedagogía.

Esto, con el propósito de combatir las causas que provocan los ingresos por infracción a la Ley de (In)Justicia Cívica, al Reglamento de Tránsito Metropolitano, por la aplicación del “Programa de Control y Prevención de Ingestión de Alcohol en Conductores de Vehículos en la CDMX.

Y aquí empiezan las historias-leyendas-decires de quienes “caen” en El Torito, cualquier día; no se diga en fin de semana; bajo el pretexto de que cometieron alguna infracción a esa legislación de Injusticia Ciudadana; y que, según algún juez cívico, merecen una corrección disciplinaria.

Efraín Arriaga, conductor de un taxi de Uber, quien sufre problemas de salud en materia urinaria, apenas acaba de dejar a un usuario cuando su necesidad fisiológica le obliga a buscar algún lugar donde orinar y, ante la desesperación de no hallar el servicio de sanitarios en una gasolinera desciende del auto que conduce y decide cobijarse en la sombra de algunos árboles para ello.

Apenas está terminando de desaguar, cuando de la nada aparecen un par de uniformados a bordo de sus motocicletas de la Secretaría de Seguridad Pública, quienes le señalan que a partir de lo captado por cámaras de Videovigilancia de la SSP-CDMX, a ellos les ordenaron acudir a esa calle, a espaldas del Aeropuerto Internacional de la CDMX, e infraccionarlo.

Él les explica su problema de salud, casi incontinencia urinaria, y les dice que tenía la necesidad de mear. Los policías le insisten que sus jefes les ordenaron detenerlo, y aunque también ellos lo informan a sus jefes, vía celular o radio, lo conducen a “El Torito”.

Primero –narra el “arrestado”– lo presentan ante una enfurecida juez, la titular del Juzgado Cívico 2 de la Venustiano Carranza, quien le dice: pagas la multa de 800 pesos, o te encerramos 13 horas en “El Torito”. Él, piensa que “es mucho pagar por una miada”, y acepta que los policías lo conduzcan a dicho centro de arresto.

Durante la charla, comenta a este reportero: ¿Cómo pagar tanto por echar una firma? “Eso es lo que apenas gano durante un día de trabajo”.

Cuando conversa con el reportero, mientras con trabajos prueba algunas de las salchichas con cachitos de papas y el semicafé negro que se sirve como desayuno en El Torito, refiere: “para eso utilizan las pinches cámaras de la videovigilancia del gobierno de la Ciudad de México. Sí. Las usan para ver quién se orina en la calle, cuando cientos de ratas operan por la libre en vialidadesy en cualquier lugar”…