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El temible y novedoso virus que está cobrando la vida de miles de personas en China, Italia, Alemania y España, entro a México como dice el pueblo: “como Juan por su casa”

ARGONMÉXICO / Es un hecho. La pandemia provocada por el coronavirus SARS-Cov-2 (Covid-19), que apareció en el continente asiático, ya alcanzó tierras mexicanas; el temible y novedoso virus que está cobrando la vida de miles de personas en China, Italia, Alemania y España, entro a México como dice el pueblo: “como Juan por su casa”. Ayer la prensa nacional publicó que la pandemia ya provocó la primera muerte en el país, de un total de 118 casos confirmados y 314 sospechosos hasta ahora. Por su parte, hace poco, el Presidente Andrés Manuel ya salió a decir su acostumbrada “mañanera”: enfrentará la temible pandemia con un escapulario, un trébol y un dólar que carga en la cartera. Esto lo vi en la importante cadena de televisión CNN, ahora somos nota internacional por tanta ocurrencia.

Es sabido que una epidemia es una enfermedad contagiosa que se propaga rápidamente en una población determinada concreta, afectando simultáneamente a un gran número de personas en un periodo de tiempo determinado. Cuando el contagio de una epidemia, desborda las fronteras y se propaga por extensas regiones geográficas, se considera como una pandemia, tal fue, por ejemplo, el caso del virus del VIH, conocida como sida, y tal es ahora el caso del Covid-19.

Pero hoy no quiero referirme a la pandemia en sí como epidemia ni a sus consecuencias, creo que, para eso, por las medidas necesarias de “cuarentena” a las que nos estamos viendo sometidos todos, habrá tiempo de sobra. Además, no siendo yo experto en la materia, es más prudente atender previamente, los comentarios que hagan los científicos y estudiosos del caso, antes de poder emitir un juicio medianamente racional. Es del carácter clasista y antipopular, de las medidas que están implementados los gobiernos, de lo que hoy quiero opinar.

El pasado miércoles 18 de marzo de los corrientes, el Gobernador del estado, licenciado José Ignacio Peralta Sánchez, en una acción, que a mi juicio fue sumamente oportuna, hizo oficial la declaratoria de emergencia sanitaria en el estado, por la presencia del Covid-19. “Se declara ante la inminencia, alta probabilidad u ocurrencia de un desastre sanitario derivado de la pandemia provocada por el `coronavirus´”, así se dijo ante los medios de comunicación. Y como ya aclaré, nada tengo yo que decir sobre la oportuna, necesaria y urgente intervención ante el caso, sobre todo del Sr. Gobernador y el Consejo de Protección Civil. Repito, de lo oportuno y necesario de las medidas nada tengo yo qué decir, pero del carácter clasista de las mismas, sí.

Se dice en el artículo 2º de la Declaratoria: “Para salvaguardar la vida, integridad y salud de la población, así como sus bienes, la infraestructura estratégica, la planta productiva y los medios de vida en el territorio del estado de Colima” No debemos olvidar nunca, que, en una sociedad dividida en clases sociales, la ideología predominante siempre será la de la clase dominante. Y la población de Colima, dígase lo que se diga, necesariamente está dividida entre los dos grandes agentes de la producción: los patrones dueños de los medios con que se produce, por un lado, y los trabajadores, que con su trabajo hacen posible la producción, por el otro. Y no perdamos de vista, que inevitablemente, conforme a las leyes del modelo capitalista de producción, mejorar la vida de unos, es condicionadamente, para empeorar la vida de los otros.

Entendido esto, ahora podemos preguntarnos ya, ¿la vida, integridad y salud de quién, va a salvar la “Declaratoria de emergencia”? si la respuesta es que la del trabajador, significa que éste deberá quedarse en su casa en “cuarentena” mientras el patrón deberá pagarle su salario íntegro, el tiempo que dure la contingencia. Si esto no es así, entonces no hay duda, la medida es clasista y antipopular. Visto esto, eso de “…sus bienes, infraestructura, planta productiva y medios de vida…”, ya mejor ni hablamos, por su carácter se sabe bien a qué tipo de población se refiere.

Se dice en el párrafo IX del artículo 3º: “Ordenar el cierre temporal de centros laborales, empresas, negocios o cualquier otro que genere la concentración de personas” ¿Esto es en serio?, ¿acaso no se dan cuenta que hay gente muy pobre que vive gracias a la venta de sus humildes productos a “la concentración de personas”? Pero pareciera que aquí se refuta lo que yo sostengo en el artículo 2º, pero veamos dos párrafos más adelante: apartado X “Ordenar aplicar sanciones administrativas […] multas, clausuras temporal o definitiva […] y arresto hasta por 36 horas a la persona que interfiera o se oponga […]” Y seguramente que hasta aquí, ya los empresarios estaban a punto de alzar su grito de protesta a todo pulmón, pero, dice el apartado XI: “Dictar medidas de beneficios fiscales a los contribuyentes y empresas radicadas en el territorio del estado”, y los empresarios dejan salir el aire de furia contenido en su ronco pecho y les vuelve el color a sus rostros bonachones. Muy bien, pero entonces, ¿“multas, clausuras y cárcel” para los vendedores callejero, y “beneficios fiscales” para los contribuyentes y empresarios? Vemos aquí, otra vez, el carácter clasista de la famosa “Declaratoria de emergencia”

Finalmente, dice el Gobernador que la “Declaratoria”, tiene como objetivo el que logremos el aislamiento social, que todas las personas tienen qué estar en sus casas y solamente se les permitirá que puedan salir para actividades absolutamente necesarias. ¡¿Y quién decidirá cuales actividades son absolutamente necesarias?! Pero, además, ¿qué pasará con toda esa gente que come con lo que gana al día, que deben pagar renta, abonos de sus deudas de los muebles, de sus pagos en las cajas de ahorro, de la mensualidad de las escuelas, etcétera, etcétera?, Esta claro que los que escribieron la “Declaratoria” no ven, que hay gente que usa su casa sólo para dormir, porque si dejan de trabajar fuera de ella, seguro peligra su existencia.

En un texto publicado en 1884, el gran maestro del proletariado mundial, Carlos Marx, escribió: “[…] la burguesía, después del establecimiento de la gran industria y del mercado universal, conquistó finalmente la hegemonía exclusiva del poder político del Estado representativo moderno. El Gobierno del Estado moderno no es más que una junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa.” ¿Acaso es esto lo que refleja, el carácter clasista de la “Declaratoria de emergencia” anunciada para el estado de Colima? Ojalá que no. En momentos como estos, el pueblo necesita, más que nunca, de un gobierno proletario que lo guíe. El “coronavirus” nos lo está señalando. Nos vemos en las urnas del 2021.