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COVID-19, Poda Población  y el Equilibrio Demográfico

Por Alfredo Mtz de Aguilar

* Argonmexico / Estamos obligados a cobrar conciencia que millones de habitantes de la Tierra morirán. Muchos, por padecer una enfermedad crónico-degenerativa y otros por irresponsables.   

* De manera cíclica y recurrente, la Madre Tierra lucha a muerte todos los días por recuperar y conservar el equilibrio y la armonía universal en materia demográfica y en recursos naturales.

(A la memoria de mamá Carmen, doña Carmen Aguirre, digna heredera de la cantina El Convento por el lenguaje coloquial de Madres para arriba, oficialmente La Poblanita, fundada por su madre, doña Gloria. Muchas y muchos oaxaqueños brindamos de alegría y felicidad y otras veces lloramos a su lado nuestros infortunios. A sus hijos, familiares y amigos, un abrazo fraterno y solidario. Descanse en paz)

Por más años que vivamos, finalmente, todos moriremos. Ésta es la única y exclusiva certeza que debemos tener los seres humanos. Es una verdad indiscutible, nacer, crecer, desarrollarse y morir.

En tales condiciones, con inteligencia y humildad, debemos asumirnos como seres humanos, falibles y limitados. En consecuencia, debemos ocuparnos en vivir y no preocuparnos por morir.

Hoy, más que nunca, nuestras propias estupideces han obligado a la Madre Tierra a reaccionar. Y de la manera más simple y sencilla, nos recuerda que fácilmente puede acabar con la humanidad.

Así ha ocurrido a lo largo de la historia desde que los seres humanos aparecieron sobre la faz de la tierra. Así ocurre y seguirá ocurriendo hasta la consumación de los tiempos en el final del mundo.

En sentido metafórico, los terremotos, las inundaciones y la erupción de los volcanes, entre otros siniestros naturales, algunas hecatombes, son gritos de dolor y de protesta de la Madre Tierra.

Con sabiduría milenaria, de manera cíclica y recurrente, la Madre Tierra lucha todos los días por recuperar y conservar el equilibrio y la armonía universal, sobre todo, en materia demográfica.

Ante el bombardeo informativo cotidiano prácticamente nadie desconoce que, hoy por hoy, la imparable explosión demográfica suma ya 7.594 miles de millones de habitantes del mundo.

Cómo es lógico de concluir, la creciente sobreexplotación de los recursos naturales, del agua particularmente, está a punto de hacer explotar en millones de pedazos a la Madre Tierra.

A ello se suma la estupidez de un grupo de países que continúan realizado pruebas nucleares subterráneas y en los océanos, con la consiguiente fragmentación y contaminación del planeta.

Desde 2003 Corea del Norte ya no es parte del Tratado de No Proliferación Nuclear. Después de la India, Israel y Pakistán, Corea del Norte es el cuarto país que cuenta con bombas nucleares.

Corea del Norte se supone que es el segundo país no perteneciente al Tratado de No Proliferación Nuclear, después de la India en llevar a cabo una prueba nuclear con una bomba de hidrógeno.

Ahora, menos que nunca, debemos olvidar que la cosmovisión indígena enseña que la Madre Tierra es un ser vivo en el Universo. Con más razón en Oaxaca, estado pluriétnico y pluricultural.

Por más doloroso y cruel que sea, a la luz de este enfoque, estamos obligados a observar y concluir que la pandemia global del nuevo coronavirus SARS-COV-2-COVID-19, es una poda poblacional.

Por tal motivo, estamos obligados a cobrar conciencia que, a querer o no, guste o no, millones de habitantes de la Tierra morirán. Muchos por padecer una enfermedad crónico-degenerativa.

Pero muchos más de los que imaginamos, como resultado de su criminal irresponsabilidad al no respetar las obligadas medidas de prevención sanitarias y convertirse en foco de contagio masivo.

A pesar de las drásticas medidas de imposición de estados de sitio y toques de queda en la mayoría de los 417 municipios indígenas “de la esperanza” muchos ya han sido contagiados.

A quienes lo duden, ahí está como ejemplo claro y concreto el caso de la capital oaxaqueña. Miles de habitantes no se quedan en sus casas ni usan el obligatorio cubrebocas y abarrotan las calles.

Y no solo son los micros y pequeños comerciantes ambulantes, no asalariados, que viven al día de la venta de sus productos, y no solo en la Torre de Babel de intereses de la Central de Abasto.

La prefabricada anarquía, prohijada inicialmente por el sector popular del PRI, y después por los priistas “chaqueteros” desde el PRD y actualmente por Morena, promueve el ambulantaje.

A la fecha, nadie tiene el registro de un padrón de comerciantes fijos y establecidos, mucho menos de los vendedores ambulantes, ni el Gobierno del Estado ni el Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez.

La primera actividad ilegal en los mercados públicos, especialmente en la Central de Abasto, fue la venta de “fayuca”, hoy rebasada por el narcomenudismo, la venta de armas y la prostitución.

Los dirigentes de las 45 organizaciones de comerciantes que controlan las actividades ilegales en la Central de Abasto, como Hugo Jarquín, entre otros, se oponen rotundamente al cierre de ésta.

El principal “foco rojo” por su alto grado de contagio es innegablemente la controvertida Central de Abasto, cuya problemática se agrava con el prefabricado incendio, para sembrar el terror.

Sin olvidar con optimismo realista que las crisis son oportunidad de crecimiento y desarrollo personal, familiar, social y nacional, por lo que es obligado analizar su cambio hacia otro lugar.