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Discurso de AMLO, Presidente de México en su 3er. Informe de Gobierno 2021

Por Tania Arizmendi

-Amigas y amigos:

-Mexicanas, mexicanos:

Argonmexico / La transformación está en marcha y aunque es necesario seguir poniendo al descubierto la gran farsa neoliberal y auspiciando el cambio de mentalidad del pueblo –porque eso es lo más cercano a lo esencial y a lo irreversible–  también estamos desterrando vicios y prácticas deshonestas en el manejo del gobierno.

Una medida decisiva fue parar en seco la tendencia privatizadora; se dejó de entregar concesiones a particulares en minas, agua, hospitales, puertos, vías férreas, playas, reclusorios y obras públicas. Pero, lo más importante, hemos detenido las privatizaciones en el sector energético: en petróleo y electricidad.

Esta nueva política energética busca producir en México las gasolinas que el país consume y dejar de importarlas; con este fin se continúa destinando recursos para la modernización de las seis refinerías existentes; en tres años la inversión pública para este fin ha sido de 33 mil 581 millones de pesos. Cuando llegamos al gobierno estas refinerías estaban en el abandono y la administración anterior había comenzado a vender plantas (como las de hidrógeno) al interior de sus instalaciones; al inicio de nuestra administración las refinerías transformaban 511 mil barriles por día y ahora procesan 706 mil barriles; es decir, 38 por ciento más. El reinicio de la construcción de la coquizadora de Tula, Hidalgo, es una buena noticia, porque se ampliará la producción de esa refinería en 70 mil barriles diarios de combustibles. En julio del año próximo se terminará también la nueva refinería de Dos Bocas, Paraíso, Tabasco, con capacidad para procesar 340 mil barriles diarios. Cabe recordar que, desde hace 42 años, significativamente desde el inicio del periodo neoliberal, no se había construido una nueva refinería en nuestro país; la última fue la de Salina Cruz, Oaxaca, que empezó a operar en 1979.

Durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, en 1993, en vez de hacer aquí una nueva refinería se optó porque Pemex se asociara con Shell para compartir la refinería Deer Park de Houston, Texas. Este año se hizo la oferta para comprar la parte de la petrolera extranjera y se cerró la operación con un costo de 596 millones de dólares; ahora la refinería será propiedad total de Pemex y su producción de gasolinas y diésel y otros combustibles, 150 mil barriles diarios, se destinarán al abasto del mercado interno de nuestro país. Esta nueva política significa no extraer más petróleo que el indispensable para cubrir la demanda de combustibles del mercado interno. Con esta producción moderada cumpliremos el compromiso de reponer como norma el 100 por ciento de las reservas probadas y ayudaremos así a reducir el uso excesivo de combustibles fósiles. En suma, seguiremos actuando de manera responsable y no se afectará la herencia de las nuevas generaciones.

En cuanto a la industria eléctrica, vamos a impulsar una reforma constitucional que permitirá reparar el grave daño que causó la privatización al sector público y a la economía popular, pues mientras el mercado de esta industria se abrió para dar preferencia a empresas particulares nacionales y, sobre todo, extranjeras, con la entrega de subsidios, entre otras prebendas, las plantas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) fueron completamente abandonadas. Ahora, estamos modernizando las plantas hidroeléctricas para reducir el uso de combustóleo y carbón en la producción de electricidad. La energía que se produce con agua es limpia y barata. De ahí que hayamos decidido cambiar turbinas antiguas por equipos modernos, lo cual nos permitirá aprovechar la infraestructura existente y el agua de los embalses para producir más electricidad sin construir nuevas presas, sin causar afectaciones y reduciendo la emisión de gases de efecto invernadero. En pocas palabras, la meta es que tengamos abasto público suficiente de energía eléctrica, que no haya apagones y evitar, en los hechos, que los consumidores domésticos paguen la luz con tarifas más elevadas que las corporaciones empresariales y las grandes cadenas comerciales.

Con presupuesto federal, sin las onerosas asociaciones público privadas, las llamadas APP, o el otro invento contra la Hacienda Pública, llamado Pidiregas, estamos construyendo carreteras, presas, hospitales, universidades, escuelas, acueductos, sistemas de drenaje, plantas de tratamiento de aguas residuales, puentes, refinerías, vías férreas, centrales eléctricas, aeropuertos, cuarteles, bibliotecas, parques, mercados, estadios, unidades deportivas y otras obras. Destacan la construcción del aeropuerto Felipe Ángeles y el programa integral del Istmo de Tehuantepec para articular puertos, trenes y crear una vía rápida de comunicación entre países de Asia y la costa este de Estados Unidos.  Asimismo, el Tren Maya llevará bienestar a la región de mayor riqueza arqueológica, cultural y turística del país y una de las más importantes de mundo. Tan solo en la ejecución de estos tres grandes proyectos se están generando 143 mil 137 empleos directos y 277 mil 49 indirectos; y para el año 2023 se llegará a 500 mil empleos directos y 350 mil indirectos, aproximadamente.

Por otra parte, está en marcha la integración económica y comercial con Estados Unidos y Canadá; el acuerdo de cooperación con soberanía entre nuestros países significa producción, empleos, mejores salarios y crecimiento en el norte del continente americano. Como complemento al Tratado para intensificar la actividad productiva y comercial en la franja fronteriza del norte, desde el comienzo del gobierno se puso en práctica una estrategia de estímulos fiscales que consiste en reducir a la mitad el cobro del IVA y del Impuesto Sobre la Renta, homologar el precio de las gasolinas y el diésel con el de los estados fronterizos del país vecino y aumentar al doble el salario mínimo; todo ello, aunado a un amplio Programa de Desarrollo Urbano y Vivienda en los municipios de Tijuana, Mexicali, Nogales, San Luis Río Colorado, Ciudad Juárez, Ciudad Acuña, Piedras Negras, Matamoros, Nuevo Laredo y Reynosa.

Aunque continúan los contagios, se ha reducido considerablemente el número de hospitalizaciones y de fallecimientos por COVID. La principal razón de esta disminución en la intensidad de la pandemia es el Programa Nacional de Vacunación, que ha funcionado con eficacia y ha llegado a todos los pueblos de México. Hasta hoy hemos recibido 103 millones 296 mil 665 dosis de vacunas Pfizer, Sinovac, Sputnik, AstraZeneca, Johnson & Johnson, Cansino y Moderna; de farmacéuticas y gobiernos extranjeros que han demostrado con hechos su solidaridad con México y con su pueblo. Destaco el apoyo de Cuba, Argentina, Rusia, China, India y Estados Unidos. Se ha vacunado, al menos con una dosis, al 65 por ciento de la población y reitero el compromiso de que en octubre próximo la totalidad de los habitantes mayores de 18 años tendrán cuando menos una dosis, a fin de que lleguemos mejor protegidos al invierno, que es la temporada en la que se presentan con mayor frecuencia las enfermedades respiratorias.

El que tengamos menos hospitalizados y, sobre todo, el que se haya reducido considerablemente el índice de letalidad, es decir, que haya menos fallecimientos entre las personas contagiadas, resulta un logro humano muy importante, pero también un indicador para la normalización de la actividad educativa, productiva y social del país. El lunes pasado comenzó el nuevo ciclo escolar con la participación entusiasta de maestras, maestros, madres y padres de familia; así como de 11 millones de niñas, niños y adolescentes que luego de 18 meses, regresan a recibir clases presenciales a la escuela, que es su segundo hogar y el principal centro de convivencia para compartir afectos y tristezas, y para recargarse de humanismo y solidaridad.

En el campo se está produciendo sin limitaciones; el año pasado la producción agropecuaria aumentó 2 por ciento, y esa misma tendencia se registra en lo que va de 2021; el sector industrial está en franca recuperación, al igual que el comercio, el turismo, el sector restaurantero, la aviación y otros servicios. Casi todos los pronósticos para este año coinciden en que la economía crecerá alrededor del 6 por ciento; la inversión extranjera en el primer semestre fue de 18 mil 433 millones de dólares, 2.6 por ciento mayor a la registrada en el mismo periodo del año pasado y la mejor en la historia del país. No hemos contratado deuda pública adicional; el peso no se ha devaluado durante los primeros dos años y nueve meses del sexenio, como no había sucedido en tres décadas, y el salario mínimo ha aumentado en términos reales, en 44 por ciento, algo que no había ocurrido en más de 30 años.

Cuando llegamos al gobierno, un salario mínimo alcanzaba para comprar 5.8 kilogramos de tortilla y ahora permite adquirir 7.7; es decir, casi dos kilos más; no hemos aumentado en términos reales los precios de las gasolinas, el diésel y la electricidad; el gas ha subido un poco por encima de la inflación, pero pronto vamos a corregir ese aumento, pues ya iniciamos la venta a precios justos de cilindros del Gas Bienestar. Desde que llegamos al gobierno hasta la fecha, el índice de la Bolsa de Valores ha crecido en 28 por ciento, como nunca en su historia; la inflación, aunque recientemente aumentó, ya se mantiene estable; se ha reducido 3.5 por ciento la tasa de interés que fija el Banco de México y si esa institución tenía a fines de la administración pasada reservas por 173 mil 775 millones de dólares,  actualmente ascienden a 205 mil 391 millones de dólares, lo que significa un aumento del 18 por ciento, un máximo histórico, más de 30 mil millones de dólares; y también es satisfactorio informar que posterior a la pandemia se han creado 1 millón 202 mil 691 empleos y solo faltan 192 mil 713 para recuperar a los asegurados que había en el IMSS antes de la crisis sanitaria y que sumaban 20 millones 613 mil trabajadores, un objetivo que alcanzaremos en los próximos dos meses.

Lo más importante es que la pandemia no desembocó en una crisis de consumo; gracias a las remesas y a los apoyos de los Programas de Bienestar que llegan y se aplican de abajo hacia arriba, de los más pobres hacia la cúpula de la pirámide poblacional, se ha podido evitar la falta de alimentos y otros bienes de primera necesidad. Las tiendas departamentales han incrementado sus ventas en un 34 por ciento de enero a agosto de 2021, respecto al mismo periodo del año anterior. No se han registrado saqueos a comercios ni actos de vandalismo o desesperación por hambre o desatención a las necesidades básicas de la gente. Hay paz social y gobernabilidad en nuestro país.

A partir de la pandemia decidimos reforzar los apoyos sociales, ampliando el presupuesto destinado a la gente: se entregaron más de 3 millones de créditos a pequeñas empresas del sector formal e informal y se decidió ampliar el Programa de Mejoramiento Urbano (introducción de agua potable, drenaje y pavimentación) en 77 municipios de varios estados; se han entregado en todo el país 111 mil apoyos para construcción, mejoramiento y ampliación de vivienda, con una inversión adicional de 280 mil millones de pesos. Todo ello se unió a un hecho excepcional: en estos últimos tiempos, han crecido como nunca las aportaciones que realizan nuestros paisanos migrantes a sus familiares en México. El año pasado las remesas se elevaron a 40 mil 600 millones de dólares y en este año estimamos, de acuerdo al comportamiento hasta el día de hoy, que superarán los 48 mil millones de dólares; es decir, 18 por ciento más.