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Presentes las Obras Rumis y Aviones, en Ciclo de Lecturas Dramatizadas

Por Gabriela Licona

*Escritas por Manuel Barragán y Manolo Díaz, respectivamente, fueron finalistas del 2017 del Premio Nacional de Dramaturgia Joven, Gerardo Mancebo del Castillo

Argonmexico / Alumnos de dirección y actuación de CasAzul, espacio de Artes Escénicas de Argos, destinado a la investigación, la documentación y la práctica del arte del actor, presentaron las lecturas de las obras Rumis, de Manuel Barragán y Aviones, de Manolo Díaz, en el marco del Ciclo de Lecturas Dramatizadas del Premio Nacional de Dramaturgia Joven, Gerardo Mancebo del Castillo.

El ejercicio escénico que se realiza todos los lunes, hasta el 30 de julio próximo, en el Foro La Gruta del Centro Cultural Helénico, como parte de una muestra de algunas de las obras triunfadoras en diversas ediciones, ofreció Rumis y Aviones, ambas finalistas del 2017.

Dos obras divertidas de gran calidad temática y de dramaturgia con un desplante actoral de alto nivel.

La dirección y el trabajo de los actores fueron serios, de calidad y profesional. En ningún momento pareció una actividad rutinaria de repaso de un texto para entrar en personaje y conformar el montaje de una obra.

En limitadas ocasiones se remitieron a los parlamentos. La escenografía y vestuario salieron sobrando y la recompensa, un público que agradeció el esfuerzo con calurosos e intensos aplausos.

Rumis (2017), del dramaturgo Manuel Barragán, narra la historia de Jaime, un director teatral fracasado, sin dinero, frustrado, egoísta, ególatra, chantajista y pesado, que fue echado del departamento por su exnovia Ana, por no pagar la renta.

Su amigo Samuel Solís, quien primero lo acogió en una bodega y luego en su casa, junto a su madre, al no sopórtalo más por ser una severa carga, le ofreció, como funcionario cultural, la posibilidad de impartir un taller de teatro, en un reclusorio donde nadie visita a los presos.

La convivencia con los internos más disímbolos transforma su vida y sus actitudes frente a los demás, al tiempo que el teatro ofrece un sentido a cuatro presos.

Leo o la Leona, es un asesino pandillero de barrio que representa la lealtad y la fidelidad al grupo que te apoya; Fede, un homosexual, preso por venta de drogas, buena gente y enamoradizo; Enrique, un inocente estafador inmobiliario, y Oscar, un viejo escritor que cometió parricidio al matar a su padre, que no deja de conmoverse con lo que pasa con la humanidad.

Jaime entiende que a veces el encierro es personal y el encarcelamiento interior opcional. Para los reclusos el origen de sus sufrimientos, limitaciones, frustraciones, el abandono y el desamor tiene como origen la familia, la cuna.

El cuadro de actores estuvo integrado por: Aarón Ortega Amaya, Diego Alberto González Ibarra, Heber Medina, Miguel Salas, Miguel Narro y Rubén Branco, bajo la dirección de Leslie Aldana; iluminación Iván Sotelo y coordinación de vestuario, Rossana Rodríguez.

Leslie Aldana, señaló que si bien Rumis maneja diversos temas, entre ellos la libertad y la soledad, la temática principal es “cómo nos vamos acompañado como humanidad, cómo nos apoyamos y aprendemos en grupo”,

Pero, resaltó “el crecer en grupo como personas, es lo más valioso de la obra, junto con ver como el teatro trasforma la vida de estos personajes”.

La joven directora elogió el trabajo de sus compañeros actores que asumieron el reto de monta la lectura en un breve lapso de tiempo y “la lección fue acercarme a una temática muy fuerte desde otra perspectiva, donde el autor usa el humor para llegar a situaciones profundas”.

Aviones (2017), de Manolo Díaz expone la historia de tres hermanos que se encuentran en el limbo, en espera de resolver si morirán o seguirán con vida, pero antes deberán pasar algunas pruebas.

Bulmaro, Wenceslao y Wilfrido reciben, a través de pequeños aviones de papel, una serie de retos que deberán superar para poder despertar de un aparente letargo, del cual desconocen si sobreviven o sueñan, pero con la advertencia de que sólo dos de ellos, podrán continuar en el mundo real.

La obra presenta una relación familiar como muchas de las que hay, con una madre viuda de severo carácter y tres hijos con gustos, sueños y problemáticas diferentes: un drogadicto, otro futbolista de las fuerzas básicas del América y el más joven, actor, en una historia que busca dejar un mensaje positivo.

Actuaron Joshua Okamoto, Argeniz Aldrete y José Francisco Ávila, bajo la dirección de Diego Aldahir Hernández Galindo y asistencia de dirección Edgar Eduardo García Quesada.

El director Diego Aldahir precisó que el mensaje de la obra es la hermandad, el apoyo de la familia y los amigos, porque “pese a las diferencias y problemas entre hermanos, estos están siempre para ayudar, “para saber que no nos vamos a caer y tendremos alguien en quien apoyarnos”.

Al calificar a su elenco como muy profesional, dijo que “es enriquecedor trabajar con gente que vale, que ama el teatro y ama lo que hace”.

El ciclo de lecturas dramatizadas concluirá el día 30 de julio con El secreto (2014), de Cristóbal Barreto y No será Luna (2007), de Jesús Ramírez Ferreiro.