Política al Margen - Jaime Arizmendi

Urge Parar la Creciente Xenofobia Antiinmigrante en EU

logo-politicaalmargenArgonmexico.com / No bastan declaraciones, urgen protestas diplomáticas firmes… Ante el cruento asesinato de dos mexicanos a manos de policías estadounidenses en menos de 10 días; todos los sectores del país, y organismos norteamericanos e internacionales, demandan justicia. El primero, Anastasio Hernández Rojas de 42 años, ocurrió tras sufrir una salvaje golpiza por una veintena de uniformados del vecino país. El segundo, Sergio Hernández Guereca, de sólo 14 años de edad, cayó abatido por balas disparadas a quemarropa por un agente de EU.

Humberto Navarrete Mendoza, estudiante de medicina, hizo varias grabaciones con su celular que este miércoles fueron subidas a la Internet. Reflejan cómo a gritos, Anastasio clamaba ayuda y clemencia, hasta que se le extinguió el último aliento de vida, mientras más de 20 agentes fronterizos estadounidenses lo golpeaban y le aplicaban descargas eléctricas con un arma de electrochoques.

Al conocer la muerte del mexicano que contaba con 22 años de radicar en la Unión Americana, el estudiante ofreció dar su testimonio y las imágenes que grabó con su teléfono celular. Se observa n a decenas de personas que cruzaban de San Isidro, California a Tijuana, testigos de la tortura y que exigían que pararan la dura agresión.

Desde territorio estadounidense, con elocuente desesperación y temor muchas personas observaron mudas la escena, al tiempo de reclamar justicia al cruzar a México, recuerda Navarrete Mendoza, residente de San Diego, California.

Parte de los videos difundidos la noche de este miércoles en noticieros de televisión hacen vibrar a los televidentes: “¡Ayuda!, ¡ayúdenme, por favor, señores, ayúdenme!”, clamaba Anastasio minutos antes de expirar.

Así se observa en un video que dura 1:24 minutos. Fuerte, se escucha la voz de una mujer que pide: “ya déjenlo”, pero la petición quedó en el aire, porque Anastasio todavía era duramente golpeado, tras propinarle unas cinco descargas eléctricas antes de hacerlo desfallecer, castigo que finalmente lo dejó inmóvil.

Incluso en la misma videograbación se nota cómo un agente interpelado por los transeúntes aduce desconocer lo que pasaba en ese momento; aunque enseguida advierte: “obviously he’s not cooperating” (obviamente él no está cooperando).

Tanto Navarrete Mendoza como otros de los testigos de la fatal agresión, califican de abusivo el uso de la fuerza por parte de los uniformados; sobre todo porque Hernández Rojas no oponía resistencia alguna. Ni siquiera le dejaron moverse.

Los gritos de dolor de Anastasio se confundían con las expresiones desesperadas de los observadores. Los lamentos superaban el ruido de la puerta giratoria de metal que conduce de la garita de San Ysidro, California, a la Puerta México. Y aun cuando la oscuridad de la noche no permitió grabar la escena con claridad, se ha indicado que en la golpiza participaron más de 20 agentes de Estados Unidos.

Respecto al también lamentable caso del menor acribillado en el cruce fronterizo de Ciudad Juárez, Chihuahua, el ombudsman capitalino Luis González Placencia se pronunció porque México emplee “toda su fuerza diplomática”. Es importante, dijo, que el caso se juzgue aquí y se extradite al responsable.

El titular de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) afirmó en entrevista que “es evidente que hubo una intención de matar, entonces me parece que el gobierno mexicano tiene que hacer un enérgico reclamo’.

El gobernador de Chihuahua, José Reyes Baeza Terrazas denuncia a su vez que el homicidio del adolescente Sergio Adrián Hernández Güereca, ocurrido el pasado lunes cuando jugaba con cuatro amigos en las inmediaciones de la zona “Puente Negro”, en Ciudad Juárez, en los límites con El Paso, Texas, obedece a una “conducta xenofóbica y racista”, derivada de la aprobación de la “Ley antiinmigrante” en Arizona.

Agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos habrían disparado la tarde del lunes en al menos dos ocasiones contra el joven Hernández Güereca, luego de ser presuntamente atacados a “pedradas” por migrantes indocumentados en el Puente Internacional Paso del Norte.

A la condena de autoridades federales y estatales de ambas naciones, por los dos asesinatos se han sumado organismos de derechos humanos de México, Estados Unidos y Amnistía Internacional; así como de todos los sectores de nuestro país. Por ello, urge el compromiso de realizar una investigación expedita.

Nadie puede negar que tanto el homicidio de Anastasio como el del menor, requieren de aplicar la justicia y el castigo a los culpables. En relación al caso de Sergio Adrián, el gobierno de México está obligado a plantear la extradición a nuestro país del homicida, porque el niño murió en el lado mexicano, así que es un homicidio que se comete en nuestro territorio.

Es necesario un airado reclamo a las autoridades norteamericanas, por la responsabilidad que tienen sobre la muerte del menor, caso de gravedad por tratarse de un adolescente, “y más grave aún porque no había ninguna razón para utilizar un arma de fuego en contra del niño”.

Ello, aunque fuera cierta la versión de que desde el lado mexicano lanzaron pedradas, o trataban de ingresar en forma ilegal al territorio norteamericano. Hay que escuchar el mensaje de la ciudadanía, de los mexicanos que claman se haga algo frontal, y que el gobierno busque el respeto pleno de la vida e integridad de nuestros connacionales.

Así como Estados Unidos juzga a quienes presumen delincuentes de este lado del país por afectar la salud de sus connacionales, habría que buscar la reciprocidad y que el agente de la policía culpable fuese juzgado en México.

Para el investigador de El Colegio de la Frontera Norte (Colef), Rodolfo Cruz Piñeiro, los dos casos de agresión extrema contra mexicanos en la frontera sur de Estados Unidos en poco más de una semana podrían derivar en el resurgimiento de un clima xenofóbico generalizado, mientras, el gobierno federal no ha atendido el problema de forma adecuada.

La sociedad mexicana debe prestar la atención debida a los asesinatos de Anastasio y Sergio Adrián. Son casos estremecedores ocurridos en un lapso muy corto, por ello “es necesario exigir respuestas claras sobre lo que sucede”. De no hacerlo, los sentimientos xenofóbicos podrían repetirse. Los habitantes de la zona fronteriza saben que los incidentes de violencia son añejos, pero el problema se ha descuidado.

En tanto, las dos víctimas de agresiones a manos de agentes estadounidenses fueron sepultadas. Anastasio Hernández Rojas fue depositado en el cementerio Mount Hope de San Diego, California; mientras que Sergio Adrián Hernández Huereca descansa en Ciudad Juárez,
Chihuahua. Pero hasta la noche del miércoles, los culpables seguían libres.

De seguir así, de permitir que siga en aumento la xenofobia y el racismo, toda proporción guardada, habrá quienes en breve confundan a la frontera México-EU con la franja fronteriza de Gaza-Cisjordania con Israel, donde soldados bien pertrechados lanzan proyectiles mortales en contra de quienes les lanzan piedras…
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