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Los  Jueces y sus Demonios

José Luis Aguirre Huerta*

*El Magistrado de la Segunda Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, Jorge Guerrero Meléndez, tortura psicológicamente a sus proyectistas para expulsarlos del TSJCDMX

Argonmexico / El negro panorama presentado por los operadores de justicia ante la sociedad civil, constituye un franco deterioro del tejido social.

Una Juez de Distrito en Chihuahua Alma Delia Ramírez, detenta en su planilla a su pareja sentimental solo para cobrar en un puesto de actuario.

Un magistrado del Tribunal Colegiado de Circuito de Querétaro Fernando Reza Saldaña,  con 22 acusaciones por acoso sexual a sus trabajadoras.

Empleados y funcionarios del Consejo de la Judicatura Federal vendiendo en 450,000.00 pesos los reactivos para acceder al puesto de Juez de Distrito.

El juez de Control Oral de la Ciudad de México, Edgar Agustín Rodríguez Beiza, exactamente enfermo mental, vinculado a proceso por el delito de abuso sexual agravado cometido en contra de una de sus alumnas rompe la silla de su alto encargo por no considerarla digna de su investidura exigiendo un sillón de piel y no de plástico al tiempo que en su función de profesor de manera tentativa pretende violar a una de sus alumnas de nombre Marbella García Órnelas.

El presidente del Tribunal Superior de la Ciudad de México, un hombre de apellidos Pérez Juárez, se apodera de unos terrenos particulares en las calles de Niños Héroes para construir la edificación del Instituto de Estudios Judiciales y se niega a pagar las indemnizaciones correspondientes a sus propietarios por el despojo de esos terrenos.

El magistrado de la Segunda Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia, Jorge Guerrero Meléndez, exige  la renuncia de sus Proyectistas para utilizar esos puestos en beneficio de amigos de su confianza, para poder comercializar libremente las resoluciones que dicte, por medio de banderilleros que pongan la mano mientras el torero pone la espada y la firma. Pero ante la negativa de los Proyectistas de renunciar bajo tortura psicológica a sus encargos, utiliza la macana policiaca para despedirlos a punta de tolete.

Y la cereza al pastel, el Tribunal Federal Electoral, a pesar de la evidencia de fraude de las firmas del Bronco regiomontano, lo acepta como candidato presidencial, evidenciando desde ahora el quebranto de la Justicia para desembocar el Fraude Electorero.

Los operadores de la Justicia no son dignos de ser llamados meretrices, porque la hetairas se juegan la vida en el ejercicio de sus bacanales y los encargados de la Justicia solo con la firma de sus plumas fuentes cometen destrozos insondables, dignos de la destrucción de la moral y del tejido social.

El peligro para México, la inmoralidad de sus Jueces lisa y llanamente.

La corrupción hija predilecta del capitalismo afluente de fortunas e ingresos inconmensurables, genera enorme poder adquisitivo, para comprar certificados de impunidad a los facilotes  meretrices de la Justicia.

*Abogado de Profesión