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Día de la Tierra

De la Redacción

Argonmexico / Hace un año, 175 países reunidos en la sede de las Naciones Unidas (ONU) firmaron el histórico Acuerdo de París. El Acuerdo es un instrumento de alcance mundial para enfrentar de manera conjunta el cambio climático, y busca que los países reorienten su desarrollo para alcanzar un mundo más sostenible, con menores emisiones contaminantes. No es ninguna casualidad que hayan escogido el Día de la Tierra para firmar el acuerdo, y juntos encaminarse hacia un desarrollo global bajo en emisiones de monóxido de carbono y para afrontar en grupo los efectos negativos del cambio climático. La firma del Acuerdo de París es un firme paso hacia adelante para reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), y con ello minimizar los efectos del cambio climático.

La huella de carbono es la manera de medir el impacto que le causamos a la Tierra a partir de todas las actividades que realizamos día a día, tanto las personas, las organizaciones, los productos, eventos o Estados, y que directa o indirectamente generan emisiones contaminantes. La huella de carbono es la cantidad de combustibles fósiles que se necesitan quemar para producir la energía que consumimos. La quema de combustibles fósiles es la actividad que más eleva las emisiones de GEI, aumentando también los efectos negativos del cambio climático.

De acuerdo con el Inventario Nacional de GEI emitido por el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), con datos de 2013, México emitió 665,304.92 Gg de CO2e (un gigagramo equivale a 1,000 toneladas de CO2e, lo que representa 1.4% de las emisiones globales del GEI). Lo anterior convierte a México en el 12° emisor a nivel global.  Y aquí puedes ver las emisiones en tu Ciudad: https://goo.gl/850kKN

Por sector, el transporte es el principal generador de los GEI de México, las emisiones en 2013 fueron de 174,156.53 Gg de CO2e, contribuyendo con 26.2% de las emisiones totales a nivel nacional (en el sector autotransporte y no carreteros se reportan las emisiones generadas por la combustión interna de automotores con motor de gasolina o diesel y vehículos de los sectores de aviación, ferroviario, marítimo, de la construcción y agrícola).

Con base en datos del Banco Mundial, durante 2013, en promedio, México emitió 3.9 toneladas métricas per cápita. Al respecto, la ONU calcula que el promedio por persona, de cualquier país, debería ser de dos toneladas, es decir, en México estamos produciendo casi el doble de las emisiones de CO2recomendadas.

Hay muchas acciones que ayudan a reducir nuestra huella de carbono, y muchas empiezan por nuestra independencia energética: usar focos LED y ahorradores, desconectar aparatos eléctricos que no utilizamos, reducir el uso de la secadora de cabello y de ropa, abrir lo menos posible el refrigerador y mantenerlo limpio, utilizar calentador de agua de paso, o mejor aún, uno solar, usar la bicicleta y caminar más, utilizar el transporte público, adquirir productos con muy pocas envolturas o envolturas biodegradables; sin embargo, debemos tener presente que la mayor cantidad de emisiones de CO2 se producen por el uso de los medios de transporte, así que compartir el auto no es mala idea.

La movilidad ─utilizar un vehículo de combustión para ir la oficina, escuela, supermercado, de paseo, viaje o para transportar nuestros productos y desplazar a nuestros clientes─, nos está costando millones de toneladas de CO2 y, por ende, estamos acelerando el cambio climático.

Contribuir a la reducción de emisiones de GEI y a la implementación de políticas públicas de desarrollo sustentable es una responsabilidad que nos toca a todos. Fomentar y usar vehículos 100% eléctricos, principalmente, en las ciudades más grandes y pobladas, sin lugar a duda contribuirá a reducir la huella de carbono que estamos generando con nuestro paso por el Planeta Tierra. Es momento de considerar medios de transporte amigables con el medio ambiente, como son los vehículos cero emisiones, tal vez hayan escuchado sobre Tesla que es probablemente la única empresa que produce autos cero emisiones, los cuales son recargados con energía eléctrica que, en su mayoría, procede de fuentes menos contaminantes (como gas natural) y en ciertos casos incluso renovables, como son la energía solar o eólica.