ColumnasDestacadosDevaneos (Ma. Elena Maldonado)

Devaneos

*Los Dados Cayeron muy Abajo

Argonmexico / Ya lo veíamos venir, pero yo no lo quería creer, en verdad estoy asombrada por las personas que miran algo positivo en López Obrador.

Toda su historia oscura del hermano que mató accidentalmente, el amigo golpeado a traición por un berrinche al que deja cuadripléjico. Su escasa dedicación al estudio, su vandalismos en  los pozos petroleros, sus huir y dejar atrás a sus seguidores encarcelados en Tabasco; su nula preparación en cualquier área. Su chapulinesco comportamiento de un partido a otro por no agarrar hueso. La falta de respeto a las instituciones, no cumplir con los requisitos para la candidatura a jefe de gobierno con lo del paraje San Juan, los Encinos, el hacerse la víctima eterna, un equipo de corruptos de los que él nunca está enterado que lo son. Su triste presencia y elocuencia.

Tengo una larga lista, pero es seguro que a la gran mayoría de los mexicanos le atraen, lo seducen los “perdedores”  Será porque en nuestra antroposociología –invento mío-  ese sincretismo cultural que cargamos, empata –de empatía- con estas emociones entre el perdedor, malandrín, ladino, astuto que se gana voluntades por encima de la legalidad y eso los atrae, al verse reflejados aspiracionalmente en él. ¡Y se los ganó! Hay un montón que no pueden explicar lo que realmente esperan de él, pero lo esperan todo, así sin poder explicárselo, porque dicen que quieren un cambio, ¿Hacia dónde quieren cambiar? No tienen argumentos; pregunto, no responden. Y se vuelven violentos, groseros, irracionales, no digo que todos sean iguales, algunos son herméticos, mejor no se exhiben.  En fin ya ganó y yo lo sigo viendo como lo veo. Ellos lo ven “Líder, amo y señor” de ese tamaño lo han encumbran y describen. Yo sigo sin entenderlos, me dan más miedo que él.

El domingo 1º de junio desperté a las 7 a.m. y recé para que Dios iluminara este país, engullí un plátano y corrí pues tenía que acreditarme como representante por Partido Acción Nacional PAN, ahí mismo voté más tarde. Ya había personas esperando a que los funcionarios de casilla, armaran urnas, casetas de votación, sus mesas de trabajo que están para llorar pero bueno, con cinta canela y un poco de ingeniería con ingenio lograron colocarlas.

Cuando llegue había muchas personas mayores, cabezas blancas de señoras muy arregladas con sus maridos y dispuestas a emitir su voto, en el transcurso de las horas, desfilaron en sillas de ruedas, con bastones, acompañadas, acompañados por hijos y nietos. Cada casilla tiene tres mesas divididas por el alfabeto, cada una aproximadamente con 545 –era el número de personas en la lista- de la mesa básica en la que estuve y se quedaron 134 boletas sin usar, curiosamente un promedio similar en las otras dos mesas que conformaban la casilla.

Alrededor de un 25% de ciudadanos no asistieron a votar. No vi tantos jóvenes. En el conteo final, pasadas las 12 de la noche en todas las mesas ganó  Acción Nacional mi mesa con 148 boletas a su favor y una diferencia de 36 votos sobre Morena, el PRI 54 votos, el Bronco 20, ¡Qué desperdicio! En las otras mesas los números aproximados más, menos entre 4-5 votos.

A la hora del cierre empezó un aire helado, mi casa está a cinco cuadras y decidí ir a abrigarme; como ya habían cerrado la puerta le avise al representante del INE mi salida –pensé que a lo mejor no íbamos a poder salir- me dijo que sí y allá voy, la calle estaba vacía el cielo estaba encapotado y el viento helado se me colaba por todos lados, un mal presentimiento me invadió, recordé que mi mamá dice que los Viernes Santos a la hora de la muerte de Jesucristo siempre cambia el clima. Se me apachurró el estómago, pero traté de pensar en otra cosa.

A mi regreso ya bien cubierta, calcetines, botines, camiseta, suéter, abrigo, bufanda y aún el viento que sabe encontrar el caminos se escurría por mi piel y me destemplaba. Y sucedió que a unos cuantos minutos escucho al joven del PRI  que Meade y Anaya ya habían reconocido el triunfo de López Obrador. Qué cosa tan extraña, nosotros apenas empezábamos a contar, pero que en las encuestas de salida ya se veía que arrasaba. ¡Qué horror! La presidenta de mi mesa, una chica joven odontopediatra  me dijo qué les dan que yo no me enteré, estaba preocupada, se preguntaba: Qué le espera a mi hijo. Todos estábamos consternados, ahí de no ser los representantes de Morena, de muy mala facha ya se veían en el Zócalo. El hombre mastica horrible su chicle, tose y escupe, la mujer mal encarada se la pasó encima de los funcionarios revisando números. La presidenta se acerca y me dice: yo no quiero en el poder gente así, me da miedo. No te preocupes le dije, Obrador ya pactó con Slim, con Azcárraga, su suegro Marcos Fastlicht, anda haciendo campaña con sus paisanos constructores, que ya muchos se enriquecieron con el gobierno del “Peje” y Ebrard, con la declaración del bando dos, que desató el desorden de construcción en la Ciudad de México. Ya vez que Azcárraga hasta le prestó el Estadio Azteca, así que a pesar que el tipo me parece abominable no nos convertirá en una Venezuela, creo que los timados serán los que creen que esto va a cambiar del modo que ellos creen.

Le repito lo que me dicen aquí y allá y que tiene sentido, aun así me produce náuseas su equipo al que le vamos a pagar un dineral –como siempre- y que nada van a hacer por el avance del país –como siempre-. En el Senado y las Diputaciones, puro zángano sin compromiso con la ciudadanía y sus proyectos como el Napoleón, la Nestora, Sergio Mayer…

Ni la arrasadora ola de Morena logró que en mi zona ganaran ellos, ganó el PAN, ese PAN  desdibujado que hizo alianza con un PRD en vías de extinción, ya que la mayoría de sus afiliados huyeron en desbandada  hacía los brazos abiertos a lo que sea de esa Morena que hoy reúne lo peor del PRIANPRD. Aun así me resulta reconfortante saber que uno vive entre personas como uno –diría la abuela- y sea como sea no digo que son menos, ni más que nadie, simplemente son personas diferentes a uno, otra educación, otros modales.

No habiendo para unos como y no queriendo para otros hacerse a un lado, aquí estamos México y enfrentamos contigo atentos, críticos y exigiendo un país con libertades que avance. ¡Dios nos bendiga y nos llene de luz!