CrónicasDestacadosEspeciales

Cosa de Prensa: El Dios de la Lluvia Llora Sobre Méjico

Por Javier Rodríguez Lozano

*Siglos de Tragedias, Dolor y Llantos *Ayudar, Será la Mejor Sobrevivencia

Argonmexico / AGUASCALIENTES, Ags.- El Dios de la lluvia llora sobre Méjico, novela de Laszlo Passuth (Hungría 1900-1979) escrita en 1939, en sus dos tomos resume siglos y siglos de tragedia y sufrimiento que no cesan. Antes de aquel 8 de noviembre de 1519, en que Moctezuma y Cortés se encontraran por vez primera, otros eran los aires del imperio. Ante el Conquistador, el rey azteca los describe así a Marina:

– “Has de saber, Malinche, que Guatemoc viene de lejos; le rodea aún el aire de lejanas regiones del sur que miran al inmenso mar. Trae también prisioneros pues en su campaña ha tenido grandes victorias. Cayó sobre las tierras de Michoacán y saqueó las ciudades fronterizas; ha traído tesoros…”

Al final, después que la Noche Triste del 30 de junio-1 de julio siguiera su curso a Otumba y volviera para que un año después todo se consumara, Techuichpo, esposa de Cuauhtémoc, explica al joven Ixtlilxóchitl (de raíces chichimecas y con ello, también aguascalentenses):

– “Ambos descendemos de Tláloc… Tú sabes bien todo eso, pues eso era la fe de tus mayores y no tienes de qué avergonzarte. Tú sabes que Tláloc reía en primavera, pero yo le oí llorar, le oí llorar sobre la puerta… Por la noche, mientras nosotros, hambrientos y sedientos, languidecemos entre las ruinas, le oí llorar, quejarse y sollozar como si a un mismo tiempo fuera jaguar, hiena, ciervo y perro aullador…

“Se quejaba y lloraba por México”… No es otra cosa más que la mala vibra, la responsable del interminable sufrimiento de la Ciudad de México, ¿por tanto sacrificio humano?: El 20 de mayo de 2015, por órdenes del Papa Francisco, el cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, oficiaría un macro exorcismo para todo México en la catedral de San Luis Potosí, para expulsar a los demonios de la guerra contra el narcotráfico, promulgada no solo por la soberbia política del presidente en turno, sino por la ceguera política, con los abortos aprobados en abril de 2007 por la entonces Asamblea de Representantes del Distrito Federal, mismo año en que también se desatarían en Aguascalientes, con el 15 de febrero, “El Jueves Negro”.

La guerra al crimen había cobrado hasta entonces 100 mil vidas, otras 100 mil habían sido abortadas en clínicas de la Capital… Aquel macro exorcismo fracasó. Dos años después, esas mismas corrientes –hoy lopezobradoristas- luchan hasta delirantes por adueñarse del poder, a través de las elecciones federales del próximo año. Pero Tláloc ha emitido su veredicto: no las quiere en el poder.

La Cosa es que…

Después de estos sismos en la amada capital de la República, la ciencia analizará las fallas tectónicas que corren del sur al norte, la Placa de Cocos, con riesgo latente a las entidades del Pacífico; algunas provincias como Aguascalientes, recibirán nuevas y nutridas corrientes migratorias, a las que igual que en 1985, y siempre, no les dará la bienvenida, para abultar su propio costal karmático, que ajusta cuentas con los suicidios. Más allá de toda reacción institucional, civil y organizada, la mejor manera de sobrevivir al caos es ayudando a los demás, sin esperar nada a cambio, es obligación de todos; qué tal.