DestacadosSaludSalud y Ciencia

Cassius Clay y el Parkinson

Por Pedro Venegas/ Colaboración Especial

Argonmexico / ¿Conoció usted a Mohamed Ali o escuchó hablar de él? Fue una de las grandes figuras del boxeo, el mejor de todos los tiempos, dicen algunos. El tres veces campeón mundial de peso pesado, cuyo nombre original fue Cassius Marcellus Clay Jr., quien perdió su principal pelea contra una enfermedad del sistema nervioso, progresiva y mortal, padeció mal de Parkinson.

Los doctores describen al Parkinson como un desorden neurológico progresivo que se caracteriza por la pérdida del control muscular, siempre acompañado de temblores (especialmente en las extremidadesm, iniciando en las manos), dificultad en el habla, fatiga extrema e imposibilidad para realizar las labores cotidianas más elementales.

Imagine usted apreciable lector que para comer su sopa tendría que recurrir a otra persona o familiar porque de hacerlo con sus propias manos nunca comería, todo el contenido de cada una de sus cucharadas quedaría sobre la mesa o el suelo y así sería con el resto de su comida y todas sus actividades. Una vida difícil y lamentable.

Alí recurrió a toda clase de especialistas y tratamientos, entre los últimos, lo trajo al Centro Médico La Raza, en México, donde el doctor Ignacio Madrazo practicó, desde 1986, el método quirúrgico más novedoso y revolucionario visto, hasta ese momento, y se habían probado para curar esta enfermedad.

A pesar de que esta operación representaba la mejor y tal vez la única esperanza que tenía el boxeador de curar su mal, adquirido por los 175 mil golpes que recibió de sus adversarios durante los 20 años que pasó en el cuadrilátero, se  retiró en 1980, el ex campeón mundial resolvió seguir el consejo de sus médicos de no someterse al tratamiento de Madrazo, pues su enfermedad no se encontraba, para ese tiempo, en un estado grave y avanzado. Sin embargo, tiempo después murió.

Los años han pasado y tanto la ciencia como la medicina han avanzado, uno de nuestros prodigios en este sentido ha sido el doctor emérito René Raúl Drucker Colín, fallecido recientemente, quien se destacó por hacer amplias investigaciones en ese campo. Fue Secretario de Ciencia y Tecnología de la Ciudad de México, nombrado por el entonces Jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera. Drucker fue un pilar de la medicina sobre el tema del Parkinson.

Este 11 de abril se celebró el Día Internacional del Parkinson, el cual se estableció desde 1997, fecha elegida por el nacimiento del doctor James Parkinson, quien nació el 11 de abril, pero de 1755 en Inglaterra, y fue el primero en identificar la enfermedad en su ensayo An Essay on the Shaking Palsy ( 1817) donde la describió como una “parálisis agitante”.

Otro ejemplo de lo que le hablo lo podemos ubicar en la trilogía, de mucho éxito, “Volver al futuro” (1985-1990) con su protagonista Michael Andrew Fox , más conocido como Michael J. Fox, actor canadiense-estadounidense. Entre sus papeles más destacados se encuentra el de  Marty McFly. Michael añadió la letra J. a su nombre para no coincidir con el intérprete del mismo nombre y como homenaje a otro actor, Michael J. Pollard.

En 1991 le diagnosticaron Parkinson y reveló su problema al público en 1998. En el año 2000 abandonó la actuación cuando los síntomas de la enfermedad se hicieron más severos. Desde entonces se ha mantenido como activista por la cura de dicha enfermedad. Esto le llevó a crear The Michael J. Fox Foundation, y en marzo de 2010 el Instituto Karolinska de Suecia lo condecoró con un honoris causa por su trabajo en favor de una cura para la enfermedad de Parkinson.

Todas las enfermedades son importantes y merecen nuestro respeto y atención pero el padecimiento que hoy nos refiere causa una especial angustia y tristeza tanto en quien lo padece como en sus familiares, por ello aplaudo todos los esfuerzos que se realizan para combatirlo y ojalá que pronto, algún día, el esfuerzo de los científicos rinda frutos y logre lo que tanta gente anhela, la cura del mal llamado mal del siglo, del terrible mal de Parkinson, por el bien de la humanidad que así sea.